Julio ha sido el mes elegido por los dos grandes partidos que se reparten el voto en Andalucía para reposicionarse de cara su electorado en un acto político que tiene un algo de limpieza interna y otro algo de reseteo de disco duro en lo referente a ponencias y discursos. Actualizar posiciones ideológicas en comunidad y en base al nuevo orden financiero y social que nos sacude se convierte en uno de los ejes centrales de estos congresos, que además sirven, sobre todo, para establecer el poder interno que regirá a los partidos y del cual dependen muchas cosas. Públicamente un congreso político tiene relativa difusión pero de ellos sale todo lo que vendrá después.
Almería. José Antonio Griñán acude a su congreso de Almería este fin de semana con la aureola de ser el único barón que resiste tras el tsunami azul, hoy convertido en ola en retroceso ante las medidas del gobierno ejecutadas y las previstas para septiembre. Y lo hace con la convicción de ser mayoritariamente aclamado solo restándole numerar cuántas y con qué intensidad tronarán las voces discordantes con su mandato de esa corriente crítica, interna, creciente y paciente que aguarda su momento para erigirse en alternativa y que en cierta medida se recompone tras el fiasco que para ellos fue el resultado del 25M y la estrategia diseñada en base a las encuestas, malditas ellas que a tantos confundieron. Micaela Navarro no obtuvo hueco, se quedó fuera de la foto, lo ha pasado muy mal estos meses tras ser apeada del gobierno y hoy paga el paso que dio postulándose como alternativa, lo cual políticamente resulta dañino cuando se pierde.
En el congreso de Almería se dirimirán otras cosas, pero fundamentalmente la estructura orgánica que aprobará el partido para los nuevos tiempos y ahí el presidente, como desde aquí anunciábamos hace lo suyo, confía plenamente en Mario Jiménez, hasta ahora portavoz parlamentario y secretario General de Huelva, para vicesecretario General y convertirle así en su número dos en un puesto que en su día ocupara el huidizo Rafael Velasco, hoy metido de lleno en el mundo empresarial.
¿Quién es Mario Jiménez? Nacido en Moguer en 1971, a sus 41 años destaca por una agresividad política que le da perfil de auténtico killer para el presidente en base a una capacidad orgánica instruida durante años a la sombra de uno de los grandes hombres del socialismo andaluz como fue, y sigue siendo en la esfera nacional, Javier Barrero, hoy diputado nacional y durante años secretario General de Huelva, cargo que cedió a Jiménez cuando Zapatero se abrazó al discurso de la renovación y Barrero se apuntó el primero de la lista. Listo. Jiménez agarró bien el testigo y en su provincia comenzó a estructurar la cadena de mando en la idea piramidal pero para ello había un pico discordante en la figura de Petronila Guerrero, hoy en el Senado, entonces presidenta de Diputación. Ahí impulsó a su muy cercano Ignacio Caravallo, entonces vicepresidente de Diputación, hoy presidente, mañana además secretario General de Huelva si el congreso de Almería ratifica, como probable parece, el paso de Jiménez a la esfera política y orgánica regional.
Si Jiménez se hace con la vicesecretaría General, la secretaría de Organización pudiera quedar en manos de Juan Cornejo en lo que se interpreta un claro posicionamiento e Susana Díaz en lo orgánico ya que la actual consejera de Presidencia quiere dejar siempre semillero de setas allí por donde pasa… Por el perfil de ambos habrá que ver el acople final entre Jiménez y Díaz, aunque meteorólogos de la materia anuncian truenos y centellas tras el hoy claro horizonte.
En todo caso, la clave del pasilleo político de este congreso estará en ver cuántos de los no griñanistas entrarán en la ejecutiva saliente.
Granada. En tanto, el PP aguarda al próximo fin de semana para hacerse la foto oficial de su nueva imagen para con Andalucía en un congreso marcado por la dedocracia interna y al que se llega con casi todo pactado, incluidos los cabreos que por allí circularán pese a las buenas caras y los abrazos. Zoido alzará su emergente figura como referente regional y junto a él José Luis Sanz en la secretaría General en sustitución de otro Sanz, Antonio, incapaz de colocar en el sitio a Bendodo como querían él y Arenas. Dos alcaldes sevillanos para dirigir el PP andaluz y aunque por el presidencialismo interno nadie alce la voz, a casi nadie gusta el cuadro. Teme Arenas que ambos dos entren a saco en la sede regional que fuera suya y teme bien porque la idea de Zoido, Cospedal animándole, es cambiar allí por donde pise con la cautela necesaria que requiere el arte de la política y que en este sentido se asemeja al uso de la mano izquierda en el toreo. ¿Habrá indultos? Pocas veces los hay.
Las provincias. Hay un dicho común en el PSOE sobre que quien realmente manda en el partido son las provincias y sus referentes son los secretarios generales de cada una de ellas. No es del todo así, pero se acepta pulpo. En el PP hasta ahora las provincias no han pintado prácticamente nada porque todo lo condensaba su secretario General, Arenas, impulsor de la idea de provincias débiles y liderazgo fuerte, el suyo, lo cual dice Zoido querer cambiar. Veremos. Tras los congresos regionales de ambos vendrán los provinciales, que en el caso del PSOE se celebran el próximo fin de semana con puntos candentes como Cádiz, sobre todo, Jaén, Almería y Sevilla, que apacigua ánimos entre Villalobos y Toscano con la puesta de largo de Susana Díaz como secretaria General. Ay Susana, que todo lo cubre…
El baile en torno a los delegados que al congreso del PSOE acuden está siendo intenso, como la costumbre marca porque por un puñado de votos se dirimirá la corriente que maneje el poder interno y eso no es poca cosa. Es mucha porque de ahí se impulsarán cargos institucionales, de hecho no hay ha habido nombramientos provinciales de delegados en espera del resultado de los congresos, y todo lo referente a confección de listas para los comicios que se celebren durante los próximos años. E, incluso, ante un hipotético cambio de manos en diputaciones se puede estar eligiendo ahora al próximo presidente, o al menos a quien lo proponga. E ahí la importancia de todo el proceso político regional y provincial que se concentra entre este fin de semana y el próximo dado que de lo saliente habrá, como siempre sucede, vencedores y vencidos, lo cual nunca es definitivo, o casi nunca, pero afecta notoriamente en el presente de cada uno. Eso está en juego. El presente. El suyo, el nuestro, el de todos.