Diez años lleva el Refugio del Burrito de Fuente de Piedra cuidando de los burros y mulos abandonados en su refugio ubicado junto a la laguna, desarrollando una labor intensa trabajan en el día a día, sobre todo con burros que han sufrido algún tipo de daño o que ya no pueden hacerse cargo de ellos.
En este espacio apuestan por la enorme importancia que posee este animal que a diferencia de otros ha sido pieza clave en las labores de trabajo del hombre, llegando incluso hoy día a ser el medio de transporte de algunas zonas con marcado carácter tradicional.
Pero el papel de los burros más allá de la agricultura, en la actualidad el Refugio del Burrito prepara las terapias asistidas con estos animales enfocadas para discapacitados o personas en riesgo de exclusión social con el fin de potenciar al área social, afectiva y cognitiva de estos sectores.
"Es una oportunidad inmejorable para relacionar el día a día de estos animales con los de personas que no pueden acceder a terapias que les ayuden. Ambos se ven beneficiados, el animal por la atención y trato que recibe y la persona por la educación, que sin saberlo, está recibiendo", apuntaba Verónica Sánchez, directora de El Refugio del Burrito.
El día a día de este rincón de amantes de los animales pasa por la atención hacia burros maltratados. Cortes en las orejas, desnutrición, problemas en las patas o dentales son los principales problemas a los que se enfrenta esta organización, aunque destacan los traumatismos por maltrato fruto de la poca conciencia en torno al respeto animal.
"Hoy día atendemos a toda clase de burros que nos llegan con cientos de problemas e incluso nos desplazamos hasta el lugar que sea necesario para atender a las llamadas que nos hacen", continua Verónica Sánchez.
La extensa labor que realizan los profesionales involucrados en este refugio también tiene su alcance en el apartado médico. Según explicaba Guillermo García, veterinario del centro, la existencia de historiales médicos referidos a este animal hacen del refugio un punto de información importante para formar a los futuros veterinarios.
"Antes no existían datos claros sobre cuestiones veterinarias relacionadas con los burros de ahí que posea tanta importancia la labor que aquí se realiza. Damos cursos y charlas en universidades para subrayar el trabajo que realizamos y para poner en valor las peculiaridades de los burros", detalla Guillermo.
Pero no sólo de amor y altruismo vive el hombre, y tan poco el burro. El Refugio del Burrito persiste en la actualidad gracias a los fondos privados ya que ninguna institución pública respalda este proyecto. El 90% del capital recibido procede de la comunidad inglesa, muy presente en Fuente de Piedra, siendo un 10% de origen nacional. El capital extranjero está mucho más concienciado y valoran las actividades que en espacios como este se desarrollan.
"Estamos aún lejos de sentir la misma implicación y compromiso que la comunidad inglesa en causas de este tipo. Aún mostrando interés, al público español le cuesta participar en los encuentros o actividades que el refugio organiza", matiza la directora del centro.
El presente y futuro de El Refugio del Burrito pasa por la concienciación del público en general para que se aprecie la labor que han realizado estos animales a lo largo de la historia y el papel tan importante que han tenido en el desarrollo rural. Además de cambiar la connotación que por defecto se le atribuye a los burros para ligarlo con actividades culturales, talleres o prácticas de educación medioambiental.
Otro de los objetivos, ya conseguido, es la puesta en marcha de un programa de voluntariado en el que de forma gratuita, todo el que esté interesado, puede tener contacto directo con este animal.