He de suponer que a ese reducido pero importante grupo financiero internacional que mueve capitales hacia aquí o hacia allá debe estar de lo más entretenido observando cómo este país nuestro se ha convertido en una especie de banda de estafadores al estilo de Newman y Redford en aquella famosa peli de gangsters que, hoy, me sirve para hilar. Y a ver quién de ellos se atreve a mover un euro hacia esta zona roja donde entre paraísos fiscales, eres, bahías competitivas y demás contubernios múltiples nos hemos convertido en el claro ejemplo a no seguir. Y a uno, la verdad, le cansa, le aburre, le hastía darle a la tecla en torno siempre a los mismo como si no fuese capaz de hacerlo sobre otra cosa, pero Murphy y su ley y este presente se han empeñado en no darnos tregua. Como hay mucho, selecciono, resumo, disecciono en actos cual telefilme a la vieja usanza. Joey Zasa, como quien diría, en estado puro.
Acto I. El País dio el golpe, casi de Estado, con la publicación de la supuesta agenda de Bárcenas, y digo supuesta porque tiene toda la pinta de haber sido escrita en una tarde. Otra cosa es que su contenido refleje la realidad o, como dicen, se traten solo de apuntes contables sobre transferencias bancarias realizadas y que el sujeto en cuestión llevase una contabilidad B sobre esas transferencias para, a la vez, embolsarse los mismos importes a su suizo paraíso. En todo caso, difícil concluir que en el PP nadie sabía nada porque lo siguiente es confirmar que todos eran soberanamente tontos y, la verdad, me cuesta decidir qué es peor entre un poco evasor o un mucho idiota.
En todo caso, apuntan a Cospedal. La secretaria general no lo vio venir, no lo supo medir, no controló la dimensión del asunto, le quitó la minuta al abogado de Bárcenas -63.000 euros- porque ella es así, potente, firme, toda una dama de hierro, y el calor ambiental la está fundiendo y, claro está, todos la miran de reojo porque, dicen, aglutina tantos cargos que se le ha ido de las manos el más importante, que es el control interno de la situación de un partido que necesita de dedicación absoluta y ella no la tiene. Además, el PP es un partido que por norma general suele patinar en lo que a comunicación con el ciudadano se refiere y este es un claro ejemplo, reaccionaron tarde, mal, con dudas, por libre, dando muestras una vez más que Rajoy se mueve muy mal en este tipo de escenarios y, con él, todos. Lo contrario a lo que sucede con los de enfrente, más habituados y, por ello, con más cintura, tanto que los 22 millones de Bárcenas han sonado con tantos o más tambores que los cientos de los eres.
Me puedo equivocar, claro está, pero personalmente opino, centrándome en los casos de Cádiz, que ni Teófila Martínez ni Aurelio Romero jamás han recibido un sobre de Bárcenas, de eso estoy absolutamente seguro, otra cosa es que en el núcleo financiero del partido haya existido pasteleo, contabilidad B, aportaciones ilegales y desvío de capitales. Eso lo intuyen todos, pero de eso no son responsable la inmensa mayoría.
Acto II. El PSOE ha hablado lo justo del tema no sea que alguien le recuerde alguna de sus cosas. Lo de y tú más. Una de ellas es la relativa al Plan de Reindustrialización Bahía Competitiva mediante el cual se concedieron 14,5 de euros a Alejandro Dávila Ouviña a pesar de informes en contra de técnicos del IEDT y que provocó la dimisión de Antonio Perales, hermano del fallecido Alfonso, primo de Luis Pizarro, porque, como él mismo confesara, el gallego “se la dio con queso”, tanto como que no justificó los pagos recibidos y que sus direcciones fiscales eran falsas. Y este pasado miércoles la Udyco, nada menos, llamó a declarar a la ex vicepresidenta del IEDT, María José Valencia, que se ha dejado conducir por su jefe de equipo hasta llegar hasta donde seguramente nunca imaginó y que hoy, por todo ello, está en los tribunales, cesada de todos sus cargos en el Ayuntamiento de Sanlúcar y a un paso de ser imputada por la jueza y de su expulsión como militante para pasar, si así lo decide, al grupo de no adscritos. Y todo, conste, se produjo en un momento enorme del PSOE andaluz que, crecido, concedía financiación sin control, o tal vez lo contrario, pensando que nada malo podía sucederle tras décadas de mayorías absolutas consecutivas.
Acto III. Y golpe continuo es el que recibe tanto el personal como el propio Ayuntamiento de Jerez, instalado en un caos emocional desde hace dos años del que no parece capaz de salir. Esta semana el interventor paró el pago de los complementos salariales fijados tras la RPT en la última nómina pero lo que no se ha dicho es que ya emitió informes en contra de ese pago en las nóminas de noviembre y diciembre y que a pesar de ello fueron abonadas con dicho complemento y que, en consecuencia, alguien debe ser responsable de esa supuesta ilegalidad. ¿Nadie tuvo en cuenta los informes de intervención cuando lo que viene a decir, básicamente, es que la aplicación de esos complementos no se ajustan a ley?
Y, al mismo tiempo, juicio masivo en Sevilla por el ere que planteó el Ayuntamiento sobre 260 personas, que entre pasillos ha dejado como sensaciones la falta de criterios en la selección, que genera dudas si la causa económica que se esgrime coincide en los términos previstos en la ley y, muy destacable, que algunos técnicos participaron en la confección de la lista de afectados pero sin, según reconocieron, aplicar valoraciones objetivas. Feo todo y ya se verá si la jueza Orellana tumba o no el ere a pesar de que no es discutible desde ningún punto de vista la necesidad financiera que tiene el Ayuntamiento de recortar sus costes y que pocos caminos le quedan para lograr ese objetivo, e inminente es la resolución del planteado en Onda Jerez y que afectará a entre 50 y 60 personas.
Y acto IV. No tengo mucha edad, pero no recuerdo un momento como el actual, un túnel interminable sin luz donde cada información que sale es peor que la anterior. Cuando escribo es sábado por la mañana, tras una noche en el Falla oliendo a Cádiz en su pura y genuina esencia de final de concurso. Eso nunca cambia, la gente, las chirigotas y sus letras, los preciosos y sonoros coros, las comparsas geniales, esos cuartetos medidos y esa barra del Falla icono de la fiesta. Ya mismo cambiamos porque rezuma incienso y cera porque el ritmo de la calle no cesa, pese a todo.