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Sí quiero... pero mejor más tarde

El número de parejas que deciden posponer su boda por problemas económicos o la espera en recibir su vivienda aumenta un 7%

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  • Boda en el Ayuntamiento -
“Sí, cariño, me casaré contigo…pero mejor el año que viene”. Esta podría ser perfectamente la respuesta de una futura novia a una propuesta de matrimonio en el Campo de Gibraltar, habida cuenta del notable incremento en el número de aplazamientos registrado en los últimos años.

Según comentó Carlos Landín, organizador de Bodasur, la exposición nupcial que podrá verse a partir del próximo viernes en Los Barrios, un 7 por ciento más de parejas han decidido aplazar, al menos un año, su compromiso, principalmente por una situación económica delicada, o bien por el retraso en la entrega de su domicilio conyugal en construcción.


Según los datos aportados por este especialista, en el Campo de Gibraltar se casan unas 1.500 parejas al año. El coste de la boda responde a numerosas variables, aunque la media nacional se sitúa en torno a los 20.000 euros, unos 4.000 menos que en tiempos de bonanza. Los novios recortan principalmente del coste del banquete nupcial. “Por poner un ejemplo, eligen un menú de a 80 euros el cubierto cuando antes eran de 100”, comenta Landín. Asimismo, las parejas se han vuelto mucho más selectivas y regatean más con los precios.

“Ahora comparan mucho más”, comentó. Eso es algo a lo que, en muchos casos, se están amoldando las empresas, dada la caída en la demanda.
No obstante, Landín se aventuró a decir que esperan un repunte de celebraciones en 2012, porque en ese año esperan recuperar a muchas de las parejas que decidieron posponer su compromiso.

Ahorradores y exigentes
A pesar de que los novios están dispuestos, cada vez más, a ahorrar en la organización de su boda y regatear precios, ello no incide en la búsqueda de la originalidad y una buena presentación para su banquete nupcial.

Así, como comentaba el responsable de Bodasur, “cada año los catering sorprenden con nuevas creaciones, con nuevas presentaciones” y platos “mucho más sofisticados”.

Aunque algunos clientes, en busca claramente del ahorro, apuestan por el bufet, la mayoría sigue inclinándose hacia el menú, en el que los hoteles y restaurantes se esmeran por conseguir la mayor personalización posible.

Es muy habitual que las parejas acudan a probar el menú y modifiquen pequeños componentes sobre la marcha -recipientes para los aperitivos, la selección de una determinada cubertería o qué manteles prefieren-. Vamos, la boda a la carta, más que nunca.

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