A esto se añade la información que ayer publicó el diario vespertino "Le Monde", en la que asegura que la policía francesa tiene pruebas de la retirada de 50.000 euros de un cajero automático y cuyos datos corresponden con una cantidad supuestamente aportada al mismo ministro, que además es el tesorero de la UMP.
Woerth, que en el momento de los hechos era titular de Presupuestos, mantiene que todo son mentiras y que jamás se benefició de un solo euro de forma ilegal.
Por ello, ayer por la tarde anunció, a través de su ministerio, que también recurrirá a la justicia para poner una denuncia por calumnias.
Sarkozy ha salido en su defensa en más de una ocasión en las últimas semanas, pero no ha conseguido salvar la imagen de un ministro que sigue estando en apuros, tras el continuo goteo de alegaciones en su contra y las crecientes demandas de la oposición para que dimita.
La investigación judicial y la revelación de "Le Monde" son sólo los dos últimos capítulos de un escándalo con varios frentes que parece salir a la luz por entregas y que este martes salpicó directamente a Sarkozy con las explosivas revelaciones de Claire Thiboult, la antigua contable de Bettencourt, de 87 años.
Fue ella la que dijo a la página web de información "Mediapart" que Woerth había recibido hasta 150.000 euros de la anciana multimillonaria con destino a la campaña para las elecciones presidenciales que llevaron al poder a Sarkozy.
Relató, además, que la mujer más rica de Francia y una de las mayores fortunas del mundo entregaba sobres con dinero a diversos políticos de odeología conservadora, incluido el ahora jefe del Estado cuando en los años 90 era alcalde de Neuilly, la ciudad limítrofe con París donde la multimillonaria tiene el famosopalacete en el que reside.
El caso L'Oréal, comenzó con la disputa por la herencia de Bettencourt, quien, se benefició de un trato fiscal favorable cuando Woerth estaba al frente del Ministerio de Presupuesto (entre mayo de 2007 y marzo de 2010).
De esos enfrentamientos se deduce que la rica heredera puede tener propiedades en el extranjero no reveladas a las autoridades francesas, con la presunta intención de evadir el pago de impuestos.
El encargado de gestionar su fortuna, Patrice de Maistre, llegó incluso a reconocer que tiene dos cuentas en un paraíso fiscal (Suiza) no declaradas por valor de 78 millones de euros.