Las reservas hídricas en la provincia de Cádiz se sitúan al 24 por ciento, 437 hectómetros cúbicos. Eso quiere decir que la generalidad de los embalses gaditanos ha perdido casi diez puntos respecto al verano de 2022, cuando las reservas estaban al 33,3 por ciento.
La situación es peor si se compara con la media de los últimos diez años, donde las reservas eran de 1.115 hectómetros cúbicos, es decir, un 61,27 por ciento. Dentro de este panorama destaca la situación particular de la cuenca Guadalete-Barbate, una de las más perjudicadas del país porque apenas ha recibido aportación alguna porque sencillamente no ha llovido. Y lo poco que ha recibido ya se ha consumido vía regadío. La cuenca acumula un 22,41 por ciento y dentro de la misma destaca negativamente el estado del embalse Zahara-El Gastor con un 12,56 por ciento, lo cual ha provocado que la bella localidad haya perdido prácticamente su playa de interior.
El pantano de Bornos está también en un alarmante 19 por ciento con 38 hectómetros cúbicos.
En situación un poco más favorable están los pantanos de Guadalcacín con un 22,63 por ciento y Los Hurones con casi un 49.
