Toté se cambia de modalidad y se pasa a la chirigota sin demasiada fortuna trayendo devuelta a las tablas a Hércules Poirot, el genial detective de las novelas de Agatha Christie. Enfoque humorístico (más o menos) en el primer pasodoble, para la presunta impunidad que disfrutan los delincuentes en este país. Mejor el segundo, en el que denuncian que la turistificación está provocando que no queden gaditanos en los barrios de la ciudad. Cuplés de dos en dos. Un mosquito muy pesado y las bodas de hoy en día protagonizan la primera tanda; la segunda es para la IA y para la piña del Mercadona. No despuntan. Pase muy flojo.
Lo mejor La intención del segundo pasodoble, denunciando el efecto de la turistificación
Lo peor Para ser una chirigota les falta bastante humor y los intentos no cuajan