El Valencia Basket cerró este domingo una semana teñida completamente de negro. Después de perder ante el Real Madrid y ante el Zalgiris Kaunas en la Euroliga, los de Álex Mumbrú tampoco pudieron superar al Unicaja en la novena jornada de la ACB (67-83).
Además, con las tres últimas derrotas, el conjunto taronja acumula una racha de cinco partidos consecutivos cayendo si tenemos en cuenta las derrotas pasadas ante la Virtus de Bolonia y el Lenovo Tenerife.
Así, la paciencia de la Fonteta parece haber llegado a su límite. Este domingo, los pitos al equipo y algún que otro cartel pidiendo la salida de Chechu Mulero, director deportivo, fueron una constante en el duelo ante los malagueños.
Totalmente desconectado, el Valencia Basket no dio muestras en ningún momento de poder cambiar el signo del partido. Con un parcial de 6-21 en el segundo cuarto, los pitos fueron la banda sonora. Y de nuevo, con un Mumbrú superado por los acontecimientos y que no acertó en ninguna de sus decisiones.
Y por si fuera poco, la rodilla va a dejar KO a Sam Van Rossom, que pasará por el quirófano. Sin él, Jared Harper debe asumir unos minutos para los que no está preparado, al menos a día de hoy. Pese a todo, según el propio Mumbrú, el Valencia Basket no va a acudir al mercado. De hecho, este domingo ya debutó Lucas Marí.
Con un equipo al límite y lleno de dudas y un ambiente enrarecido y caliente. Así es la vida de un Valencia Basket que se está jugando el acceso a la Copa del Rey y que tendrá que medirse este jueves a Partizan en Belgrado y al Real Madrid en la capital de España.