Tras serles negada la entrada en el Registro Civil para contraer matrimonio por no acudir con la indumentaria adecuada
Alberto Carreira, conocido ya como el Jack Sparrow vigués, y su pareja, María Salinas, no se rinden y continuarán la vía judicial contra la jueza que el pasado 23 de abril les impidió casarse vestidos él de pirata y ella con un traje tradicional gallego confeccionado por su madre, según han informado en un comunicado.
Tras serles negada la entrada en el Registro Civil para contraer matrimonio por no acudir con la indumentaria adecuada, ambos denunciaron a la jueza, pero el pasado jueves, 29 de abril, el Juzgado de Instrucción número 8 de Vigo decidió archivar la denuncia penal.
Según el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG), la negativa del magistrado del Juzgado de Instrucción se basó en que de la denuncia "no se desprenden hechos con relevancia penal" que pudieran justificar la elevación de la causa al Alto Tribunal gallego.
Por otra parte, el juez aclara en el auto que tampoco cumple el requisito formal de haberse presentado a través de una querella.
Ahora, la pareja, tras solicitar el asesoramiento legal oportuno, admite la objeción formal del Juzgado de Instrucción, pero no la sustancial, por lo que han tomado la decisión de no recurrir dicho auto, "dejando que adquiera firmeza y así poder dejar expedita la vía para interponer una querella con todas las formalidades oportunas".
Lo harán, explican, "por su pleno convencimiento de que la actuación de la magistrada no fue ajustada a derecho", y sí "profundamente injusta y arbitraria".
Alberto y María saltaron a los periódicos de toda España cuando se conoció este episodio.
Él iba vestido de pirata, con una peluca y un sombrero parecido al que lleva Jonnhy Deep en la famosa saga de "Piratas del Caribe", lo que imposibilitaba que se le reconociese, según los funcionarios.
La negativa de la administración de Justicia a oficiar la boda encendió los ánimos de este pirata, que escribió una carta a la jueza que colgó en las redes sociales, generando un notable debate alrededor de este hecho.
"Nos juzgó sin siquiera vernos. Insultó al traje regional de nuestra comunidad llamándole disfraz e insultó al trabajo de una modista que hizo mi traje basado en el siglo XIV como disfraz. Nos juzgó escondida en su despacho, ese que pagamos todos con nuestros impuestos", escribió el novio.
Posteriormente presentó la denuncia contra la jueza que el Juzgado de Instrucción archivó, penúltimo capítulo de la pelea que esta pareja mantiene por que se les reconozca su derecho a casarse tal y como fueron vestidos al juzgado.