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sociedad

Detienen a 87 miembros de una banda que robaba en domicilios

Es una operación conjunta de Mossos d'Esquadra y Policía Nacional con ayuda de la de Georgia

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La Polícia Nacional y los Mossos d'Esquadra, con la ayuda de Georgia, han desarticulado este viernes una organización criminal en Barcelona especializada en robos con fuerza en domicilios, que ha conllevado la detención de 87 personas, 26 de ellas por diversos delitos --14 de las cuales están en prisión preventiva-- y 61 por infracción de la Ley de Extranjería.

En un comunicado de la Policía Nacional, la operación, bajo el nombre de Merlín-Taka explican que a los detenidos se les imputan más de 70 robos con fuerza en domicilios, sobre todo en Barcelona pero también en otros municipios de Catalunya, y también en Madrid.

La investigación se inició durante el primer trimestre de 2018 cuando vecinos y comerciantes del barrio de Sant Genís de Barcelona vivieron una oleada de robos con fuerza en domicilios así como otros hechos delictivos contra el patrimonio de la zona, lo que coincidió con la ocupación de un centro educativo del barrio por parte de un grupo de georgianos, que tiempo después se descubriría que era la base de operaciones.

La Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra crearon un equipo conjunto de investigación al comprobar que estaban ante una organización criminal de carácter itinerante con gran movilidad por diferentes puntos de España, que los investigados no estaban más de seis meses en el país y que trabajaban en subgrupos de hasta cinco personas.

También apuntan que en el interior del centro escolar llegaron a reunirse más de 100 personas de origen georgiano, todos con numerosos antecedentes policiales en diferentes países de la UE, y que salían por las noches a cometer robos en las inmedaciones del edificio ocupado, y también en otros distritos de la ciudad y municipios de la demarcacióin de Barcelona.

Antes de perpetrar los robos escogían las viviendas seleccionadas y colocaban pequeñas piezas de plástico en los marcos de las puertas de entrada para saber si había gente en el interior; una vez se cercioraban de que el piso estaba vacío, manipulaban la cerradura para materializar el robo, y un miembro de la organización vigilaba las inmediaciones del inmueble para avisar en caso de ver presencia de vecinos o policía.

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