La Iglesia en Sevilla colabora con 300.000 euros, a través de Cáritas, para ayudar a refugiados y desplazados en Siria e Iraq, ha informado la Archidiócesis en un comunicado.
La aportación es fruto de los donativos que los fieles han ido realizando desde que se inició la campaña emergencia refugiados y esa cantidad se ha conseguido gracias a colectas en parroquias y otros donativos.
Igualmente, cientos de personas se han ofrecido a acoger y ayudar a los refugiados desde el momento en que llegaran a Sevilla.
La Archidiócesis ha decidido enviar los fondos, a través de Cáritas Española, a proyectos específicos coordinados por Cáritas Internacional que trabajan con refugiados y desplazados en sus zonas de Muchos refugiados y desplazados sufren importantes traumas fruto de la violencia vivida o presenciada, destacados niveles de estrés y desórdenes psicológicos, consecuencia de las duras condiciones de vida actuales y la pérdida y desestructuración sufrida.
Por este motivo, el proyecto de salud mental en Irak, llevado por el servicio Jesuita de ayuda al refugiado y Cáritas Internacional, recibirá 100.000 euros para continuar con el apoyo psicológico y psiquiátrico que ofrece a los desplazados iraquíes y a la población refugiada siria en el norte del país.
Las otras dos terceras partes de los fondos obtenidos (200.000 euros) irán destinados al proyecto que Cáritas Siria desarrolla en la región de Homs (Siria).
Su principal objetivo se centra en proporcionar asistencia alimentaria, médica y educativa para familias desplazadas y locales en situación de vulnerabilidad de la zona.
Desde marzo de 2011, el conflicto en Siria se ha intensificado y extendido por todo el territorio del país y zonas limítrofes y las últimas cifras oficiales hablan de más de 150.000 muertos, en tanto que la ONU estima que más de 12 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Siria, ha recordado la Archidiócesis.
La guerra, el deterioro de la seguridad y la situación económica han provocado que más de 6,5 millones de personas se encuentren desplazadas en todo el país.
Más de 2,2 millones de personas han huido de Siria y son refugiados en los países vecinos, siendo la mitad de ellos niños, según el Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas.