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Sevilla

La UPO se compromete a firmar la próxima semana la adjudicación de la cafetería

La concentración de trabajadores convocada para este miércoles en protesta por la situación de la cafetería que permanece cerrada desde que hace más de un año y medio fuera objeto del cierre patronal por parte de la anterior empresa concesionaria, ha quedado finalmente desconvocada

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La concentración que delegados sindicales habían convocado para este miércoles en la Plaza del Rectorado de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla en protesta por la situación de la cafetería localizada en el edificio 24 (Fausto Elhuyar de Suvisa) --frente a la biblioteca--, que permanece cerrada desde que hace más de un año y medio fuera objeto de cierre patronal por parte de la anterior empresa concesionaria, ha quedado finalmente desconvocada.

   La delegada sindical de CCOO, Rocío Sierra, ha explicado a Europa Press que ello se debe a que la sede académica finalmente se ha comprometido a que la próxima semana se firmará el contrato para la adjudicación del negocio, a pesar de que en una reunión mantenida la pasada semana los trabajadores consideran que la universidad se implicó "muy poco" en el desbloqueo de la situación.

   La protesta pretendía presionar para que desde el Rectorado se agilizaran los trámites de cara a la reapertura de dicha cafetería, que se mantiene cerrada desde el 15 de mayo de 2013, después que el empresario que la regentaba en régimen de concesión administrativa procediera a un cierre patronal "ilegal", abandonando sus responsabilidades como concesionario y empresario: más de 1.000 usuarios firmaron solicitando a la universidad la reapertura de esa cafetería, ha recordado la central sindical en una nota.

   Esta cafetería daba empleo a nueve trabajadores, que a consecuencia del cierre patronal pasaron al desempleo, sentenciando el Juzgado de lo Social como despidos nulos en unos casos y como improcedente en otros.

   Y es que los trabajadores consideran que la universidad ha estado hasta ahora demorando el trámite, que actualmente se encuentra en la apertura de sobres con las ofertas, a pesar de que solo hay una empresa interesada. "Por ello nos hemos puesto en manos de CCOO, porque esto ya no es normal", ha lamentado Sierra.

   A principios del pasado mes de noviembre, la UPO sacaba otra vez a licitación, después de que la primera vez el concurso quedara desierto, la explotación del servicio, por un canon mínimo de 6.050 euros anuales, pagaderos mensualmente a razón de cuotas de poco más de quinientos euros.

   Según las condiciones de la salida a concurso, consultadas por Europa Press, el contratista debe contar con solvencia económica y financiera, así como técnica y profesional; no se exige garantía provisional. El plazo durante el cual el licitador estará obligado a mantener su oferta será de dos meses.

SUBROGACIÓN DEL PERSONAL

   Los trabajadores de la cafetería ya mostraron recientemente su contrariedad por la demora que para la adjudicación suponía el cambio en el procedimiento, de negociado a concurso público, que les anunció la Gerencia de la sede académica. La intención de la UPO, si bien en el marco de un procedimiento negociado, era que el negocio pudiera reabrirse en el primer trimestre del presente curso académico 2014-2015, lo cual ya no puede cumplirse.

   La idea planteada fue la de un concurso negociado, hablando directamente con entidades interesadas en la adjudicación para poder dar fluidez a un proceso en el que se pretenden unos pliegos más abiertos que los anteriores; al primer concurso de licitación para la explotación de este servicio solo se presentó una empresa, que no fue capaz de acreditar los documentos y requisitos que se le reclamaron a pesar de que se le concedió una prórroga por valor de diez días.

   Los pliegos incluían la subrogación del personal que hasta su cierre venía desempeñando su labor en dicho negocio, y que había comenzado el reparto de octavillas y la recogida de firmas para instar a que el proceso se tramitara con mayor rapidez.

   Los trabajadores que desempeñaban su labor en este establecimiento barajaron alternativas como la creación de una cooperativa entre los propios empleados como modo de reflotar el negocio, si bien "tras hacer números las cuentas no salen", según los mismos, que constataron que esta fórmula no podría prosperar "debido a la gran deuda existente con la Seguridad Social y al hecho de que el anterior empresario se llevó maquinaria que hay que reemplazar".

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