La empresa gestora del mantenimiento de la base aérea de Morón de la Frontera 'Vinnell-Brown & Root Spain' (VBR), ubicada en el término municipal de Arahal y cuyo uso comparten España y Estados Unidos, comenzará este lunes la negociación con su plantilla del nuevo expediente de regulación de empleo (ERE), que contempla 70 despidos y que sucede al ya consumado en 2010 en el que se perdieron 119 puestos de trabajo. Este expediente cuenta con el rechazo de sindicatos como UGT o de la Unión Sindical Obrera (USO), quien ve "excusas" para llevar a cabo los despidos pese al "alto grado de actividad militar" en las instalaciones.
Ante esta situación, el presidente del comité de empresa, José Armando Rodríguez, ha indicado a Europa Press que desde primera hora de la mañana se comenzará a analizar, acompañados de los asesores legales de ambas partes, las condiciones de este ERE que "por el momento no fundamentan con datos objetivos".
"Durante el encuentro, nos limitaremos a escuchar y a esperar que profundicen en el asunto", subraya, tras advertir de que habrá movilizaciones de la plantilla porque no se permitirá que "estos despidos sean tan fáciles como los de la última vez". Así, señala que las autoridades estadounidenses no reciben a la plantilla, mientras que las españolas "no atienden las peticiones" para mediar e intervenir ante esta situación.
Por su parte, la Unión Sindical Obrera (USO) en Sevilla ha advertido de que no "consentirá" el despido de trabajadores que "no son excedente real en la empresa, ni se permitirá que las Administraciones españolas y estadounidenses miren para otro lado, para que unos pocos se lucren con ello". Así, señala que la empresa fundamenta este nuevo ERE en el "excedente" de empleos resultantes del expediente anterior, una "esta excusa que carece de fundamento" para USO, ya que aquel ERE fue "acordado entre la empresa y el comité de empresa y con la debida autorización de la autoridad laboral española".
Además, a través de un comunicado, considera "incongruente" que se alegue "exceso" de empleados civiles cuando se coincide con "un alto grado de actividad militar en la base, demandantes de servicios satisfechos por estos trabajadores civiles que se verán afectados". "Es significativo también que todos los trabajadores que se verán afectados son españoles, cuando hay un centenar de trabajadores estadounidenses, con contrato laboral americano, que le supone a la empresa un abaratamiento de mano de obra", sentencia.