El 2025 deja una asignatura pendiente para el
Sevilla FC. No es otra que darle una alegría a la afición en su propio estadio. Todo aquel que paga una entrada o un abono para entrar al
Ramón Sánchez Pizjuán espera ver un espectáculo de su equipo pero la realidad es diferente.
En lo que se lleva de año, el barrio de
Nervión ha presenciado
tres empates y dos derrotas. En enero no pudo llevarse más que un punto contra equipos como
Valencia o
Espanyol que están más abajo en la clasificación de la Primera División.
Al siguiente mes sufrieron una goleada esperable contra el
Barcelona y también vieron como se les escapaban dos puntos ante el
Mallorca con un gol de
Martin Valjent en el minuto 91.
Cuando llega marzo firman uno “de los peores partidos que se recuerda de este equipo”, dicho por
Xavi García Pimienta. Un entrenador que no acaba de dar con la tecla en casa, como si echara de menos a un líder sobre el césped como era
Jesús Navas.
Y es que el
Sevilla no gana en su estadio desde el último partido del duende de los Palacios, ni más ni menos que el
14 de diciembre de 2024 contra el
Celta de Vigo por un gol de
Manu Bueno.
Si se hace el ejercicio de separar los duelos como local y como visitante los datos son claros: Si sólo se contasen los partidos lejos de Sevilla, los blanquirrojos dormirían en la
séptima posición. En cambio, si se miran los enfrentamientos jugados en la capital andaluza serían el número 16 de la tabla, los
quintos peores de toda la Primera División Española.
Se puede culpar a la presión que ejerce la grada, a la falta de calidad de la plantilla o a la mala gestión en los cambios del técnico catalán, pero la realidad es que
el Sevilla es incapaz de ganar dos partidos seguidos en LaLiga y así es muy difícil motivar a tu afición o pelear por Europa.