A las puertas de la crisis económica, se decidió a montar la primera empresa especializada en servicios turísticos en Sanlúcar. Hoy, Sanlúcar Descúbrela cumple diez años y su fundadora y directora, Eva Buzón, continúa trabajando con el mismo sentimiento con el que por primera vez sintió la ciudad: todavía por descubrir.
¿Qué balance hace de estos diez años al frente de Sanlúcar Descúbrela?
—Se me ocurrió montar la empresa en pleno comienzo de la crisis. Era mi sueño y me lancé. Empezamos con una idea, de dar a conocer la ciudad, de forma diferente. Nos hemos ido adaptando a lo largo de estos años a la demanda, descubriendo también la parte enológica, que es fundamental. Los comienzos no fueron fáciles pero fue bien. Después se agudizó la crisis, se recorta del ocio y 2010 fue un año más complicado, pero a partir de ahí hemos ido creciendo. Hemos ido ampliando servicios, abriéndonos al turismo internacional, teniendo la suerte de que en Sanlúcar hay de todo y hemos podido cumplir las expectativas de los clientes. Nuestro objetivo es que se fueran contentos y volviesen, y lo hemos conseguido.
¿Cómo ha evolucionado la empresas desde su origen?
—La idea original nació de ver al turista en la calle con el mapa en la mano y que no sabía qué hacer. Había que darle una ayuda: mostrarle la ciudad, acompañarle por las calles. Pero me di cuenta que no, que el cliente busca algo más, no sólo la típica visita de ‘aquí vemos Las Covachas’, quiere una experiencia, un recuerdo, que cuando esté en su casa diga...¿te acuerdas cuando...”. Y ahí empezamos a ofertar visitas con un plus. Y así fuimos evolucionando, ofertando casi a petición del cliente. Tenemos una base pero nos adaptamos siempre a lo que nos demandan. Eso es lo que hemos conseguido y por ello tengo que dar las gracias siempre, a quienes me apoyaron desde el minuto uno, bodegueros, gente del sector, restauración, hoteles... el sector también encontró ventajas y vio que lo que hacíamos era innovador y completaba su oferta turística. Así incluimos las visitas teatralizadas, en las que le cliente se divierte y se lleva una experiencia. Y con las bodegas, empezamos al año gestionando una bodega, y eso nos metió en un mundo mágico y fantástico como es el mundo del vino del Marco de Jerez y la Manzanilla en particular. Ahí se nos empezaron a ocurrir muchas cosas, visitas teatralizadas y la visita nocturna, que ha sido de las más demandadas. Después vimos otra parte que es la de educar a los pequeños, que es fundamental, y apostamos por las visitas concertadas para centros escolares. Y nuevos retos que daremos a conocer a finales de año o principios de 2018.
¿Cómo valoráis el interés de la gente por visitar Sanlúcar?
—Positivo y siempre a mejor. Se ha notado una desestacionalización. Y, sobre todo, son turismos distintos. Los meses más fuertes son octubre, noviembre, parte de diciembre, casi a mitad e incluso fin de año, y empezamos en febrero, marzo, abril y mayo. También es cierto que se hacen muchas actividades por parte de los organismos, que se han afianzado, y eso ha ayudado a que venga mucha gente interesada en lo que se propone. Ese turismo va cambiando, desde ese cliente que viene con la familia y busca algo más económico, y luego el turista que quiere conocer algo más especializado y cosas diferentes.
¿Cómo es el prototipo de turista sanluqueño?
—Es muy variopinto. Lo mismo en un mismo día estamos atendiendo a un grupo de mujeres de una asociación de amas de casa, muy interesadas en nuestro patrimonio, y por l atarde tenemos un grupo de extranjeros muy interesados en nuestras tradiciones.
¿Qué ofertáis actualmente?
—Siempre tenemos las visitas tradicionales que demanda el público en general, tanto a la ciudad como a las bodegas. Y luego, las visitas privadas, bajo demanda.
¿Qué quiere conocer el cliente de Sanlúcar?
—El cliente está muy interesado en conocer el patrimonio y, después, la manzanilla. Porque son clientes que ya vienen de conocer el sherry - te hablo de turistas del Norte de España y extranjeros: ingleses, finlandeses y alemanes, un sector en el que ahora nos vamos a centrar - que quieren conocer la Manzanilla.
¿Cuál es el potencial de la ciudad?
—El patrimonial y el enológico. Aparte del de turismo de naturaleza, que siempre está incluido. Si vienen dos días, uno de los dos lo dedican a Doñana o su entorno. A lo largo de estos diez años también han evolucionado las visitas a través de empresas de actividades medioambientales.
De cara al V Centenario de la I Vuelta al Mundo, ¿qué oportunidades cree que se presentan?
—Creo que muchas y que, evidentemente, hay que aprovecharlas. Creo que se está trabajando muy bien y que se están haciendo muchísimas actividades, como la de Descubre Sanlúcar, que acaba este sábado, que ha dejado muy gratamente sorprendida a la gente. Cuando se conoce algo es cuando se le va a dar valor.
¿Es Sanlúcar una ciudad desconocida para los sanluqueños?
—Si, indiscutiblemente si, por desgracia. Me gustaría que realmente los colegios apostaran por la formación. Siempre he hecho hincapié, cuando he colaborado con la Circunnavegación, en trabajar con los colegios. Se está haciendo y este año creo que ha sido bastante importante. Espero que todo tenga buen fin.
¿La empresa como tal tiene algún proyecto vinculado al V Centenario?
—Desde que comenzamos tenemos una ruta que se ha ido readaptando, llamada Sanlúcar Puerta de América, que es de las más demandadas ahora por los colegios. Es un tema que como se toca en las aulas, les viene muy bien, desde lo histórico, artístico... Ahora estamos trabajando en una nueva, que tendrá que ver con la I Vuelta al Mundo.
¿Cómo cree que se debe conmemorar este acontecimiento?
—Creo que se está haciendo bien implicando a los colectivos. Considero que se pueden poner en valor algunos de los monumentos que fueron fundamentales en esa época y que, a lo mejor, se pueden recuperar. Hay muchos edificios que lo necesitan y es el momento de aprovechar esa subvenciones que, en teoría, creemos que vamos a poder recibir, para hacer alguna de las cosas que nos faltan, como puede ser un museo de artes y costumbres y recuperar parte del patrimonio. Conseguir que los monumentos tengan un horario establecido que facilite que podamos acceder... es el momento.
¿Qué valoran y que critican los visitantes sobre la ciudad?
—Valoran la idiosincrasia del pueblo, la amabilidad de la gente. Todo el mundo se va diciendo que no se imaginaban que Sanlúcar fuera tan monumental y tuviera tanta historia. Destacan la gastronomía, los buenos vinos. La mayoría tienen claro que repetirán. Y critican la limpieza, la suciedad de las calles.
¿Qué proyectos tiene ahora?
—Seguir, aportar todo lo que podamos a la ciudad, engrandecerla, llevarla lejos y, como proyecto más inmediato, abrirnos más al turismo internacional. Estamos en plenas negociaciones con touroperadores.