La anciana que se encontró con el Heraldo Real y habló con él palabras que sólo escucharon los pocos afortunados que estaban cerca de ellos.
Fue en la estancia del Heraldo en la puerta del Centro de Congresos en la mañana de este miércoles, rompiendo la imagen que hasta ese momento se había dado, niños entregando sus cartas para los Reyes Magos. Ella no entregó carta. Pero entregó un mensaje de esperanza y de ilusión que cada uno puede sentir -que no interpretar- como pueda.