El próximo mes de noviembre se cumplen 18 años desde la inauguración del inacabado paseo marítimo de La Magdalena. Y es que, aunque parezca extraño, dicha infraestructura vio la luz el 14 de noviembre de 1995 sin que fuese terminada por completo a falta de construirse los cerca de 1.800 metros de longitud que todavía ocupa la arenera que se ubica entre el puente Zuazo y el propio paseo.
En su momento la Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, aportó la solución indicando que no iba a prorrogar más el contrato de dicha empresa arenera para se acabase por completo el paseo de La Magdalena. Sin embargo, en La Isla es algo natural que cuando no hay problema para hacer algo, alguien se lo invente, queriendo a sin querer.
Todo se complicó cuando por un error este departamento transfirió a la Empresa Pública de Puertos de Andalucía (EPPA) dichos terrenos. Una equivocación de la que se dio cuenta el propio Ayuntamiento en el año 2003 cuando por primera vez reclamó a Costas la finalización de las obras y se destapó el pastel.
Desde entonces, y han pasado diez años, han sido numerosos los escritos remitidos desde el Gobierno municipal en los sucesivos mandatos corporativos a la Junta para que se subsane dicha transferencia o, al menos, ambas administraciones se pongan de acuerdo y se puedan por fin terminar esos 1.800 metros y el paseo de La Magdalena sea completo.
A esta situación anómala hacía referencia en la jornada de este martes el alcalde isleño, José Loaiza, quien insistía en los requerimientos que se siguen haciendo a Costas y a la EPPA para que solucionen este contencioso y terminen lo que empezaron.
Si finalmente se cumple esta primera premisa y el paseo de pone en condiciones, el Ayuntamiento está dispuesto a recepcionar definitivamente las obras y pedir que le sea traspasado al objeto de asumir las labores de mantenimiento del mismo y ejecutar las numerosas demandas que tiene sobre la mesa de los ciudadanos para que se recupere como nueva zona de ocio para San Fernando.
Da pena
Ni que decir tiene que basta actualmente con darse una vuelta por el paseo marítimo de La Magdalena para darse cuenta del estado avanzado de abandono que presenta y como ha sido víctima de numerosos actos vandálicos, además del propio paso del tiempo sin que se le haya echado un euro encima para las labores propias de mantenimiento.
La práctica totalidad de las farolas rotas, la balaustrada con la mitad de los hierros desaparecidos, el espigón de piedra que recorre todo el perímetro levantado y la suciedad forman parte del día a día de una zona que, por su ubicación, podría ser claramente un nuevo espacio ocioso para la ciudad, pero en el que actualmente es difícil encontrar a alguien paseando. En definitiva, un lugar inóspito.
Y es que ahí también existe un problema de competencias, puesto que el Ayuntamiento de San Fernando nunca llegó a recepcionar el paseo aduciendo defectos de construcción, por lo que también viene reclamando que se repare.
