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Miércoles 24/04/2024  

Quien a buen árbol se arrima...

Redes sociales e intimidad

Hace unas semanas la red social Whatsapp generó un revuelo al anunciar que aplicaría nuevas políticas en la gestión de datos de los usuarios. Esto quiere...

Publicado: 02/02/2021 ·
22:16
· Actualizado: 02/02/2021 · 22:16
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  • Redes Sociales. -
Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Hace unas semanas la red social Whatsapp generó un revuelo al anunciar que aplicaría nuevas políticas en la gestión de datos de los usuarios. Esto quiere decir que, tal y como ya hacen otros gigantes de internet, nuestros datos podrían ser utilizados con otros fines, relacionados con la publicidad e información “personalizada” no solicitada con la que nos bombardean los buscadores y redes sociales que frecuentamos.

Era cuestión de tiempo que Facebook rentabilizara la gran inversión que hizo al comprar la popular red social del teléfono verde, que declaraba en febrero de 2020 un volumen de dos mil millones de usuarios en todo el mundo, toda una mina de información personal, la cual, bajo las potentes lupas de los analistas de BigData, posibilita crear infinitos escaparates personalizados y ofrecer la realidad que cada uno quiere ver.

Personalmente creo que es una fantasía pretender que nuestra identidad sea respetada y protegida por estos gigantes que administran las de miles de millones de personas en nuestra inabarcable sociedad virtual, identidad que se apoya en toda la información sobre nosotros que vertemos en las redes sociales a través de nuestras opiniones, nuestros gustos y nuestros odios y los cientos o miles de “amigos” que tenemos en internet.

Por otro lado, no es fácil desengancharnos de las redes sociales. Hemos desarrollado una dependencia para la cual los psicólogos y pedagogos han encendido todas las alarmas y nos valemos de los whatsapp, telegram, facebook, twiter y demás, como eficientes medios de contacto entre nosotros.

¿Estamos dispuestos a prescindir de las redes sociales a estas alturas de la película? No. Seguramente habrá marejada de indignación, pero seguiremos inmersos de lleno en ellas. ¿Qué nos queda? Al menos ser conscientes de la situación. Algunas recomendaciones:

1) No compartir, ni decir, ni enseñar lo que no enseñaríamos ni expresaríamos a la luz de todos en plena calle.

2) Hacer un “esfuerzo” por buscar fuentes de información avaladas, textos “escritos” (la lectura se antoja, en esta situación, como un auténtico ejercicio de rebeldía).

3) Si admitimos que vamos a seguir conectados a las redes sociales equis horas al día, la mejor forma de contrarrestar tal impacto es mantener vivas nuestras metas y proyectos, que nos conectan con el mundo “real”.

4) Enriquecer nuestra vida interior con experiencias reales y conscientes, con lecturas, conversaciones y belleza.

5) Descubrir y activar nuestros valores, de tal forma que sigamos blandiendo nuestra voluntad y criterio para tomar nuestras propias decisiones, no las que el algoritmo nos pone ante nuestras narices permanentemente.

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