Hasta que María, La Zapatera, confirmó en la sobremesa lo que la abuela de Antonio González Carretero le adelantó un par de horas antes, al llegar del instituto de La Barca aquel 28 de marzo de 1995, que
“El Valle es independiente”, el actual alcalde de la localidad no se lo creyó. Poco después volvieron a repicar las campanas, se dispararon cohetes y se abrió la
barra libre en la plaza del Ayuntamiento en una improvisada fiesta de la que, ya no cabía duda, participó como todo el pueblo el hoy primer edil, entonces un joven estudiante de segundo de BUP, para celebrar un hito histórico.
Antonio García, el vecino que ha ostentado el bastón de mando municipal más tiempo desde entonces, entre 1999-2003 y entre 2007-2015, asegura que
se enteró antes aún que el propio regidor, el socialista José María García. “Me llamó un diputado autonómico del PP avisándome de que un funcionario acababa de registrar en el registro general del Parlamento andaluz el decreto por el que San José del Valle se segregaba de Jerez”.
El documento se publicó el 1 de abril, pero se dio a conocer su aprobación por el Consejo de Gobierno el 28 de marzo, hace justo 25 años.
La decisión de la Junta de Gobierno
fue una sorpresa y desató una tormenta política a solo dos meses de las elecciones municipales. El mismo día 28, el Ayuntamiento de Jerez anunció medidas legales contra la independencia. Aquel día comparecieron los tenientes de alcalde Antonio Reyes y Manuel Ángel González Fustegueras, acompañados por el secretario general del Ayuntamiento, Salvador Salvago, para denunciar, según contó Jerez Información, “las múltiples irregularidades en el proceso”. “
El Ayuntamiento de Jerez se siente en la más absoluta indefensión, ya que no se ha respetado lo que marca le ley en estos casos al no haberse respetado los plazos de audiencia que deberían haberse abierto para la presentación de alegaciones”, apuntaban, y señalaron que el nuevo municipio debía contar con al menos 4.000 habitantes, cuando tiene, de acuerdo a los datos del Ayuntamiento, confirmados por el Gobierno Civil, 3.591. Al respecto, el PSOE argumentó que “Jerez solo cuenta el casco urbano y, además, no presenta desde 1991 nuestro censo en Estadística”.
Dos días después, Fustegueras elevó el tono, critió duramente al PSOE, al que
acusó de expoliar al municipio tierras otorgadas por Alfonso X El Sabio, en referencia al manantial de El Tempul y los Montes de Propios, y aseguró que “tendrán que pasar por encima del pueblo de Jerez” para hacer efectiva la independencia.
La extensión fue, efectivamente, otro de los principales frentes de la batalla institucional.
De golpe, Jerez redujo su término municipal en una sexta parte, perdiendo 22.382 hectáreas de sus 140.000 en favor de San José del Valle.
Tanto IU como el PP consideraron excesivo, de hecho, el tamaño de la localidad. El parlamentario Aurelio Romero no dudó en registrar una pregunta sobre el criterio seguido por la Junta. La Justicia, sin embargo, dio la razón a la Junta. “El PSOE siempre dijo que los Montes de Propios no podían entrar en la segregación”, asegura González Carretero, quien explica que se “dibujó un pasillo entre los términos municipales de San José del Valle y Paterna, perteneciente a Jerez” para salvar el conflicto.
Finalmente, la formación de
Pedro Pacheco acusó desde el primer momento al Gobierno socialista de jugar sucio con la independencia de cara a los comicios de mayo. La segregación “ha sido una decisión fundamentalmente política, que servirá para apuntar el voto”, afirmó Antonio Reyes. Manuel Ángel González Fustegueras abundó en este sentido, al asegurar que el expediente se resolvió con extrema rapidez para que el PSOE no perdiera la Diputación Provincial y así contrarrestar los resultados electorales de otros partidos como IU, PP o PAP.
González Carretero rechaza cualquier teoría sobre un interes meramente electoralista y remarca que
solo se dio respuesta a una demanda histórica, que surje recién terminada la Guerra Civil, recobra fuerza en la década de los años sesenta y, finalmente, se organiza formalmente como movimiento en los ochenta. La distancia entre San José del Valle y Jerez, 33 kilómetros, llevaba 45 minutos de trayecto. La separación geográfica resultaba un perjuicio para los habitantes de la pedanía, y
existía el convencimiento de abandono total y sistemático por parte del Ayuntamiento matriz.
Antonio García le pone números al agravio histórico. En el año 1994, San José del Valle, recibió unos 64 millones de las antiguas pesetas de Jerez;
el primer presupuesto municipal multiplicó por seis los fondos recibidos dos años antes, lo que permitió la construcción de infraestructuras básicas y la mejora de servicios públicos, desde instalaciones deportivas a Policía Local.
Hoy, la localidad ejecuta un ambicioso plan de inversiones de hasta 800.000 euros, que remodelará la Plaza Andalucía y el recinto ferial, y servirá para dotar al municipio de un teatro municipal. El actual alcalde lamenta que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus haya paralizado en gran medida las obras en curso, proyectadas para darle fuste a la efemérides, pero garantiza que, junto al programa de actividades culturales previsto, se celebrará cuando pase todo: “Celebraremos doblemente, el fin del confinamiento y la independencia”. Como hace 25 años, los vecinos volverán a degustar arroz con conejo en una fiesta multitudinaria para felicitarse por un hito que otras poblaciones de los alrededores miran con cierta envidia. Es el caso de La Barca, enclave creado hace casi 70 años por el Instituto Nacional de Colonizaciones con unos 5.000 habitantes y a unos 20 kilómetros de Jerez. La Barca inició el proceso hace dos décadas y obtuvo el respaldo de los vecinos de manera abrumadora el 28 de febrero de 2002, en un referéndum en el que participó el 90% del censo. Pero sigue sin obtener luz verde por parte de la Administración autonómica.
González Carretero lo ve con buenos ojos.
En más de una ocasión ha expresado su deseo de que La Barca y Torrecera se independicen. La historia reciente de San José del Valle cambió por completo con la independencia.
“Es lo mejor que le ha pasado a nuestro pueblo desde el primer asentamiento con la llegada de los carmelitas hace 325 años”, concluye.