Los dos jóvenes acusados por la muerte de Rosario Endrinal, a quien quemaron en un cajero en diciembre de 2005, pidieron ayer perdón a la familia de la fallecida pero también solicitaron “un trato justo” al tribunal argumentando que nunca pensaron que su acción supondría la muerte de la mujer. En la última sesión del juicio a Oriol P. y Ricard P., presuntos autores de la muerte de Rosario Endrinal, el tribunal concedió a ambos la posibilidad de que dijesen una última palabra, que aprovecharon para pedir perdón por los hechos. Ricard P. aseguró que “nunca pasó por mi cabeza matar a nadie” y que él mismo estaba dentro del cajero cuando se produjo la explosión y posterior incendio que causó la muerte de la mujer, por lo que “también podía haberme pasado a mí”. Después de afirmar que “lo siento mucho todo”, pidió al tribunal “que sea justo”, un deseo que también expresó emocionado su compañero Oriol P., quien recordó al presidente del tribunal de la Audiencia de Barcelona que le prometió “un trato justo”.
Oriol P. aseguró que su actitud es ahora “muy diferente de la de aquella noche” del 16 de diciembre de 2005, cuando resultó quemada viva Rosario Endrinal en un cajero automático de Barcelona, después de que le tiraran líquido inflamable, junto con el menor Juanjo M., que ya ha sido juzgado por estos hechos y cumple condena. Asumió “como persona consciente que soy ahora, lo que sucedió” aquella noche y pidió perdón a la familia de la señora Endrinal y a la suya propia, pero también ha reprochado a la acusación que le calificara de asesino pidiendo una condena de 28 años de prisión cuando “yo no soy así”. El Fiscal mantuvo su petición inicial de 28 años de prisión para los dos acusados por un delito de asesinato, al considerar que cometieron el crimen premeditadamente y aumentando innecesariamente el dolor de la mujer al morir. También apreció los agravantes de traición y ensañamiento por las circunstancias en las que se produjo el ataque y por el medio utilizado, el incendio que causó el líquido inflamable que le tiraron junto con el cigarrillo y que también provocó una explosión.
Por su parte, la acusación particular de la familia Endrinal recordó los comentarios xenófobos y anteriores ataques que realizaron a otros indigentes.