El primer ministro francés, Édouard Philippe, aseguró este domingo que el retorno a la normalidad tras la pandemia de COVID-19 "no se hará probablemente en mucho tiempo", y consideró que la situación "mejora de forma lenta" pero que "la crisis no se ha superado todavía".
El jefe del Gobierno anotó que el confinamiento de la población "está dando sus frutos" y que el sistema sanitario "ha soportado el golpe", pero advirtió que relajar el combate contra el coronavirus supondría "dar un paso atrás".
Philippe recordó que el confinamiento proseguirá hasta el próximo 11 de mayo y que, aunque el respeto de las reglas ha sido "globalmente satisfactorio", las fuerzas del orden han procedido hasta ahora a 13,5 millones de controles y a más de 800.000 multas.
El Gobierno anunció que el coronavirus ha causado 19.718 muertos en Francia, tras los 395 que se han sumado en las últimas 24 horas, pero precisó que el número de enfermos en cuidados intensivos siguió cayendo por undécimo día consecutivo, para situarse en los 5.744, 89 menos que la víspera.
Philippe advirtió de que la crisis sanitaria provocará "una crisis económica brutal" que "no ha hecho más que empezar" porque "nunca antes en la historia del mundo se había producido un parón tan masivo y generalizado".
El jefe del Ejecutivo señaló que su gabinete trabaja en el plan de salida del confinamiento, que presentará en los próximos días, pero advirtió que "los franceses tendrán que aprender progresivamente a organizar su vida colectiva con el virus".