El presidente de EE.UU., Donald Trump, planea examinar este viernes varias opciones militares contra Irán, pero sigue reticente a autorizar una intervención a gran escala como castigo por los ataques contra las refinerías saudíes, que Riad atribuye a Teherán.
Varios miembros del equipo de seguridad nacional de Trump tenían previsto reunirse para ultimar una lista de posibles objetivos en Irán que Washington podría atacar, informó hoy el diario The New York Times.
El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, planean presentar esas opciones a Trump este viernes durante una reunión del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, según una fuente oficial citada por el rotativo.
Las opciones que propone el Pentágono no incluyen ataques a gran escala y se centran más bien en operaciones clandestinas, como los lugares desde los que Irán lanza sus drones y misiles de crucero, además de donde almacena sus armas, de acuerdo con el diario.
Trump, que este jueves guardó silencio en lo relativo a Irán, ha dado señales contradictorias sobre su posible respuesta a los ataques, y el miércoles insinuó su reticencia a optar por la vía militar al afirmar que aunque tiene a su disposición la "opción máxima", también podría escoger "otras opciones".
También ha rebajado ligeramente su retórica el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, quien visitó esta semana Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos para coordinar posturas ante las sospechas compartidas de que Irán estuvo detrás de los ataques, reivindicados inicialmente por los rebeldes hutíes en el Yemen.
Si este miércoles proclamó que los ataques constituyeron un "acto de guerra", Pompeo dijo hoy que su prioridad es buscar "una solución pacífica" y "construir una coalición" para conseguirlo.
Esa búsqueda de una coalición podría pasar por la Asamblea General de la ONU que se celebra la semana que viene en Nueva York, donde EE.UU. podría tratar de lograr apoyos en el Consejo de Seguridad para reforzar las sanciones internacionales a Teherán o tomar otras medidas.
"Arabia Saudí ha sido atacada, y eso tiene consecuencias globales. El Consejo de Seguridad de la ONU se creó para hacer frente a amenazas a la paz y la seguridad internacionales, y este ataque cumple esos criterios", dijo esta semana un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato, a los periodistas.
La fuente subrayó, no obstante, que antes hacía falta "reunir la información" necesaria sobre el ataque, y ese fue en parte el objetivo del viaje de Pompeo al golfo Pérsico.
"Parece claro que tanto Estados Unidos como Arabia Saudí prefieren una respuesta de bajo perfil a Irán, al enfatizar la necesidad de reunir las pruebas y al argumentar que este no es solo un ataque a Arabia Saudí, sino a los suministros energéticos globales", dijo a Efe el experto en el golfo Pérsico Hussein Ibish.
"Probablemente, intentarán lograr una resolución dura del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar los ataques, aislar a Irán y advertirle de que la paciencia internacional se ha agotado y que cualquier ataque futuro se topará con una respuesta fuerte, con el respaldo de una coalición amplia", pronosticó Ibish.
Si hay una respuesta militar, ese analista del Instituto de Estados Árabes del Golfo cree que lo más probable son o bien "ciberataques" o bien operaciones dirigidas "contra posiciones de la Guardia Revolucionaria Iraní en el este de Siria, cerca de la frontera con Irak".
Golpear objetivos dentro de Irán podría derivar en el tipo de intervención castrense que Trump, un gran crítico de la invasión de Irak de 2003, quiere evitar a toda costa, y más a medida que se acerca su campaña de reelección.
"Lo más probable es que el presidente Trump siga el mismo guión disfuncional que su Gobierno ha seguido después de los otros ataques recientes en la región: amenazar con una acción militar pero no llegar a ejecutarla", afirmó a Efe la experta en Oriente Medio en el Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense Kaleigh Thomas.