La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, permanece en el poder con el apoyo parlamentario de los unionistas del Ulster, después de que su apuesta por reforzar su mandato fracasase al perder la mayoría absoluta en los comicios del jueves.
A diez días del comienzo de las negociaciones sobre la salida británica de la Unión Europea (UE) o "brexit", el plan de May de ampliar la mayoría en la Cámara de los Comunes se ha desmoronado tras sacar 318 escaños, ocho menos de los 326 necesarios para gobernar en solitario sin el respaldo de otras formaciones.
Ante este inesperado escenario político, nada calculado por la política conservadora cuando en abril pasado adelantó las elecciones, May contará con la ayuda en los Comunes del Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte (DUP), que obtuvo diez escaños, pero sin llegar a formar con esa formación una coalición de Gobierno.
May ve ahora debilitada su posición en las negociaciones con Bruselas, que empezarán en el calendario previsto, el próximo día 19, según lo confirmó hoy al anunciar la formación del Gobierno.
En una declaración ante la puerta de Downing Street, la política aseguró que su Gobierno aportará "certeza" en un momento "crítico" para el Reino Unido, pero con el respaldo de "nuestros amigos y aliados del Partido Democrático Unionista (DUP)".
En ese sentido, May explicó que las dos formaciones han disfrutado de una "fuerte relación" durante años, lo que le da la confianza para seguir trabajando por el interés del país.
"Esto nos permitirá unirnos como país y canalizar nuestras energías hacia un acuerdo exitoso del 'brexit' que funcione para todos en este país, asegurando una nueva asociación con la UE que garantice nuestra prosperidad a largo plazo", agregó.
"Este Gobierno -añadió- guiará al país en estas conversaciones cruciales del 'brexit' que empezarán en diez días y cumplirá la voluntad del pueblo británico de sacar al Reino Unido de la UE".
May ha aguantado las presiones de los partidos de la oposición, con los laboristas de Jeremy Corbyn a la cabeza, que le pedían la inmediata dimisión al quedar su liderazgo debilitado en un momento crucial para el futuro del Reino Unido y su relación con Europa.
"La primera ministra convocó estos comicios porque quería un mandato. Lo que ha obtenido es una pérdida de asientos para los conservadores, una pérdida de votos y una pérdida de confianza", dijo Corbyn, que ha retenido su escaño por la circunscripción de Islington North, al norte de la capital británica.
Los laboristas han sido los protagonistas de estos comicios al obtener 261 escaños, frente a los 229 que tenían cuando se disolvió el Parlamento en mayo, mientras que el Partido Nacionalista Escocés (DUP) obtuvieron 35, 19 menos, en tanto que los liberaldemócratas sumaron 3 hasta 12 asientos, el resto para otras formaciones de una cámara baja formada por 650 diputados.
La líder "tory" convocó las elecciones menos de un mes después de haber activado el decisivo Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia el proceso formal de dos años sobre las negociaciones relativas a los términos de la retirada de un país comunitario.
Arropada por unos sondeos de opinión muy favorables y un Partido Laborista visiblemente dividido, May decidió el pasado 18 de abril adelantar las elecciones generales confiada en que podía sumar más de los 330 escaños que tenían hasta mayo.
Durante las siete semanas de campaña, la política "tory" fue criticada por la debilidad de su discurso y por unas promesas en materia de asistencia social muy cuestionadas, y por no haber participado en un debate televisivo con otros partidos.
May llegó al poder en julio del año pasado después de la dimisión del exprimer ministro David Cameron a raíz de la victoria del "brexit" en el referéndum celebrado hace casi un año.