Tailandia vive hoy con rezos, ceremonias y vestida de negro la primera jornada de luto oficial por la muerte ayer del rey Bhumibol Adulyadej a los 88 años en el hospital Siriraj de Bangkok, que puso fin a un largo reinado de siete décadas.
Miles de tailandeses pasaron la noche concentrados delante del hospital y fueron tomando posiciones a lo largo del recorrido que el féretro con los restos del monarca hará por la tarde hasta el templo del Buda Esmeralda del Palacio Real.
Varios centenares hicieron cola para participar en un baño ritual delante de un retrato del monarca en el Palacio mientras que la mayoría de los que siguieron haciendo vida normal y fueron al trabajo, lo hicieron incorporando el color negro en su indumentaria.
En todos los edificios oficiales la bandera ondea a media asta, tal como ordenó para todo un mes el primer ministro, Prayut Chan-ocha, que conminó a todos los funcionarios a vestir de negro durante el período de luto que fijó en un año.
Toda la prensa del país publica hoy sus ediciones digitales y de papel utilizando solo el blanco y negro.
También lo hacen las televisiones que desde anoche, a petición del gobierno, solo emiten documentales sobre la vida del rey y el boletín de noticias de la Casa Real, incluidos los canales reservados a cadenas internacionales.
Todas las actividades festivas y de entretenimiento han sido cancelados en los próximos 30 días, incluida la popular fiesta de la Luna Llena en la isla de Koh Phangan, que atrae cada mes a miles de turistas.
Está previsto que tras la llegada del féretro a Palacio, comiencen esta misma tarde los ritos funerarios en honor a Bhumibol con ceremonias reservadas a la familia real.
Estas estarán encabezadas por el príncipe heredero, Vajiralongkorn, que ayer pidió pasar un periodo de duelo antes de ser proclamado sucesor de su padre y ascender al trono, según informó el primer ministro.
Bhumibol, el noveno monarca de la dinastía Chakri que reinó con el nombre de Rama IX, se encontraba grave tras ser sometido el sábado a una hemodiálisis en el hospital Siriraj, donde estaba ingresado desde hacía más de un año.
El monarca fallecido, en el trono desde 1946, es el único rey que ha conocido la mayoría de los tailandeses, que lo tenían como un ser casi divino, símbolo de unidad y guía de la nación.