El Gobierno chino manifestó hoy su apoyo a que las autoridades de la región de Hong Kong, afines al régimen, "castiguen" a los movimientos independentistas en la isla, después de que candidatos que apoyan la secesión consiguieran un asiento en el Parlamento hongkonés en los recientes comicios al Legislativo.
En un comunicado, un portavoz de la Oficina del Consejo de Estado para asuntos de Hong Kong y Macao subrayó hoy que la independencia de Hong Kong viola la Constitución china y las leyes de esta región autónoma, donde se disfrutan de mayores libertades que en el resto del país.
"(Los movimientos independentistas) amenazan la soberanía y la seguridad del país, así como la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong. Tampoco responde al interés de los hongkoneses", enfatizó el portavoz, del que no se menciona el nombre.
"Nos oponemos contundentemente a cualquier forma de movimiento proindependencia en Hong Kong, tanto dentro como fuera del Parlamento; y apoyamos contundentemente que el Gobierno de Hong Kong imponga penas (contra éstos) en base a la ley", añadió.
Las declaraciones se producen una semana después de que el Gobierno de Hong Kong advirtiera a los candidatos independentistas de que podrían enfrentarse a la ley, al considerar que su comportamiento va en contra de las regulaciones vigentes.
Hong Kong celebró el fin de semana elecciones al Legislativo, unos comicios en los que la ciudadanía pudo escoger a la mitad de los diputados que conforman la Cámara, pues el resto son elegidos por grupos ligados al régimen.
Candidatos de nuevas fuerzas políticas liberales surgidas de la "revolución de los paraguas" de 2014 lograron hacerse con un asiento en el Parlamento hongkonés, en unos comicios con una participación récord de votantes.
Cinco candidatos de agrupaciones nacidas del descontento de las frustradas protestas de hace dos años -de tinte localista, antichino y, en algunos casos, independentistas- hicieron historia al conseguir voz y voto en la vida política de Hong Kong, lo que según expertos abre un nuevo capítulo en las tensas relaciones entre la isla y Pekín.