El Gobierno israelí ha declarado ilegal a la principal facción del Movimiento Islámico de Israel, al considerarlo uno de los mayores instigadores de la ola de violencia en la región desde octubre, anunció el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
"La decisión ha sido adoptada después de intensos debates con todos los organismos judiciales y de seguridad relevantes, y con el objetivo de poner fin a la peligrosa incitación interna", dijo Netanyahu en un comunicado difundido hoy.
La decisión implica que cualquiera que actúe en nombre del grupo o participe en sus actividades se expondrá al arresto y a juicio.
La Facción Norte del Movimiento Islámico está encabezada por el jeque Raed Salah, condenado a prisión hace dos semanas por un suceso ocurrido hace siete años, y está considerada la más violenta por parte de las autoridades israelíes.
La resolución fue adoptada por el gabinete para asuntos de seguridad del Gobierno israelí, presidido por Netanyahu, quien dijo que su Ejecutivo "seguirá actuando contra la incitación y el terrorismo".
Alrededor de 15 israelíes han muerto desde que comenzó la ola de violencia el 1 de octubre, en la que se producido decenas de ataques palestinos a israelíes, la mayoría con arma blanca y algunos con armas de fuego, que dejaron también unos 160 heridos.
Los fallecidos palestinos ascienden a unos 80, alrededor de la mitad muertos en esos ataques y el resto en cientos de manifestaciones contra Israel en el territorio ocupado de Jerusalén Este y Cisjordania, donde más de 2.000 palestinos resultaron heridos, la mayoría de balas o balas recauchutadas.
La ola de violencia comenzó en septiembre a raíz de las fiestas judías de año nuevo, cuando los palestinos comenzaron las protestas por las cada vez más frecuentes visitas de nacionalistas judíos a la Explanada de las Mezquitas, el conocido en el judaísmo como "Monte del Templo" y en el islam como "Noble Santuario".
Netanyahu acusó a Salah y a sus seguidores de ser un vector principal de la incitación y de la ola de protestas con el argumento de que Israel había alterado el statu quo en el recinto sagrado, lo que Israel niega.
"Es inaceptable. El Movimiento Islámico seguirá su camino hasta la victoria y en particular en la cuestión de Jerusalén y de (la mezquita de) Al Aqsa", dijo hoy Salah en declaraciones a la edición digital del diario Yediot Aharonot.
El Gobierno israelí debatía el estatus legal de esta organización desde hace semanas, aunque el servicio secreto Shabak frenaba la decisión por temor a que tuviera un efecto bumerán.
En la reunión del gabinete de seguridad el representante del Shabak advirtió de que la ilegalización de ese grupo se traducirá en una actividad "clandestina" que dificultará el seguimiento de los militantes.
Sin embargo, Salah ya ha manifestado que seguirá actuando abiertamente y ha convocado para hoy una reunión de urgencia del Movimiento Islámico para analizar la situación.