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El CNT traspasa sus poderes al Congreso Nacional libio

El presidente del CNT, Mustafá Abdel Jalil, ha traspasado simbólicamente las riendas del país al miembro de más edad del Congreso Nacional, Mohamed Alí Salim

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El Consejo Nacional de Transición de Libia (CNT) ha traspasado este miércoles sus poderes al Congreso Nacional, elegido en las elecciones legislativas celebradas el 7 de julio, durante una ceremonia en la capital, Trípoli, que ha supuesto la primera transición pacífica de poder en el país en su historia moderna.

   El presidente del CNT, Mustafá Abdel Jalil, ha traspasado simbólicamente las riendas del país al miembro de más edad del Congreso Nacional, Mohamed Alí Salim. "El CNT entrega el poder sobre los asuntos constitucionales para gobernar el Estado al Congreso Nacional, que, a partir de ahora, es el único representante del pueblo libio", ha dicho Abdel Jalil.

   La fecha elegida para el traspaso de poderes es simbólica, ya que se corresponde con el vigésimo día del mes de Ramadán --noveno del calendario islámico--, que el año pasado cayó en 20 de agosto según el calendario gregoriano, fecha en la que Trípoli fue tomada por los rebeldes.

   La primera decisión del Congreso Nacional libio ha de ser la elección de su presidente y sus vicepresidentes, que, al parecer, serían dos. El presidente deberá elegir un Gobierno que esté en el poder hasta la celebración de elecciones parlamentarias en 2013 tras la aprobación de la nueva Constitución del país.

   A pesar de que la Declaración Constitucional del 3 de agosto de 2011 estipula el nombramiento del presidente del Congreso Nacional, y le hace responsable del nombramiento de un nuevo Gobierno, no hace mención al tipo de Ejecutivo que deberá ser formado ni a la relación del mismo con el Congreso Nacional.

   En las elecciones legislativas se hizo con la victoria la Alianza de Fuerzas Nacionales (NFA), el partido político del ex primer ministro Mahmoud Jibril con 39 escaños, por delante del Partido Justicia y Construcción (PJC), de Hermanos Musulmanes, que se hizo con 17. Por detrás quedaron el Partido Frente Nacional con tres legisladores y el Partido Unión para la Patria, la Concentración Wadi al Hayat y la Corriente Central Nacional, con dos cada uno. Además, hay un total de quince formaciones con un solo escaño.

   En cualquier caso, alrededor de 120 escaños están en manos de candidatos independientes. Las decisiones de mayor calado necesitarán la aprobación de dos tercios de la Cámara, por lo que el la NFA y el PJC están intentando conseguir respaldos suficientes para sacar adelante sus programas.

   En otro orden de cosas, Abdel Jalil ha desmentido este mismo miércoles los rumores que apuntan a su participación en la formación de un consejo presidencial --concepto que no está incluido en la Declaración Constitucional--, tal y como propuso Jibril como alternativa a la opción de tener un único jefe de Estado. En teoría, este consejo estaría compuesto por siete miembros, que tendrían poderes presidenciales colectivos.

AUMENTO DE LA INSEGURIDAD

   El traspaso de poderes se ha producido en medio de un incremento de la inseguridad en el país a causa del aumento del número de ataques ejecutados por milicias y grupos islamistas fuera de control contra legaciones diplomáticas y organismos humanitarios en las localidades de Trípoli y Benghazi.

   En el último incidente, hombres armados atacaron en la mañana del lunes un vehículo diplomático en el que viajaban dos funcionarios de la Embajada estadounidense en el país en un incidente que la propia legación ha descrito como un "posible intento de robo de vehículo", según un comunicado publicado este martes en su página web. El personal diplomático consiguió escapar al ataque y llegó sano y salvo a su destino, sin que ninguno de los ocupantes resultara herido durante el incidente.

   El 5 de junio, el consulado estadounidense en Benghazi fue atacado por militantes islamistas, y seis días después fue asaltado un convoy diplomático británico en esa misma localidad. Asimismo, los consulados tunecinos en Trípoli y Benghazi fueron atacados en junio.

   Además, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha suspendido sus actividades en las localidades de Misrata y Benghazi tras el ataque con granadas y cohetes contra la sede de la organización en Misrata, que no provocó heridos pero causó graves daños materiales.

   Durante la guerra civil del pasado año que culminó con la victoria de los sublevados contra el régimen del coronel Muamar Gadafi, Misrata fue uno de los reductos en los que los rebeldes resistieron el embate de las fuerzas 'gadafistas'. Durante ese tiempo el CICR prestó asistencia médica y repartió alimentos entre los civiles atrapados por los combates.

   Tras los combates, múltiples milicias que se formaron durante el conflicto se han negado a someterse a la autoridad del CNT y a integrarse a las fuerzas de seguridad del país, haciendo sus reivindicaciones por separado y manteniendo bajo su control varias localidades del país. La comunidad internacional ha instado en varias ocasiones al Gobierno central a poner fin a la situación, que supone una amenaza para la estabilidad y la seguridad de Libia.

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