Algunas de las zonas todavía permanecen incomunicadas y con cortes de suministro de electricidad
Los equipos de emergencia de Filipinas se afanan para hacer llegar la ayuda humanitaria a las zonas más afectadas por el tifón Rai, que cruzó entre el jueves y el sábado la región central del país, donde ha dejado al menos 375 muertos.
Cinco días después de que Rai tocara tierra por primera vez sobre la isla de Surigao, en el sureste del archipiélago, algunas de las zonas todavía permanecen incomunicadas y con cortes de suministro de electricidad.
El agua y alimentos son algunas de las necesidades esenciales para los supervivientes que comienzan a llegar a cuentagotas a las áreas más afectadas por el tifón.
La Policía Nacional de Filipinas indicó anoche que, según los datos preliminares recabados gracias a las comunicaciones internas, al menos 375 personas han perdido la vida a lo largo de las islas por donde transitó Rai, el tifón más mortífero en años en llegar al país.
Las autoridades también informaron anoche de que al menos 56 personas permanecen desaparecidas y que alrededor de 500 resultaron heridas.
Por su parte, el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC), que avanza lentamente con la verificación de los datos sobre víctimas del desastre natural, recoge 156 fallecidos, 37 desaparecidos y 245 heridos en su informe.
Según el NDRRMC, 481.196 personas se encuentran desplazadas de sus hogares y la mayoría de ellas están en alguno de los 2.526 refugios auspiciados por las autoridades.
Los datos de esta agencia apuntan que más de 1,1 millón de personas se han visto afectadas por el Rai, que ha causado daños en más de 6.100 casas y dañado 55 carreteras y 4 puentes, con unas pérdidas en infraestructuras y agricultura valoradas en casi 390 millones de pesos filipinos (7,78 millones de dólares o 6,89 millones de euros) según los datos provisionales.
El tifón, que tocó tierra el jueves con ráfagas de viento de hasta 240 kilómetros por hora, cruzó de este a oeste por unas nueve populosas islas del archipiélago, lo que complica el recuento de datos.
El embate del tifón, conocido como Odette en el país y el decimoquinto en llegar a Filipinas este año, ha golpeado en un momento delicado debido al miedo por la nueva variante ómicron del coronavirus.
Un promedio de 20 tifones azotan Filipinas cada año y el más destructivo fue el supertifón Haiyan, el mayor de la historia reciente de Filipinas y que en noviembre de 2013 golpeó las islas de Samar y Leyte, matando a unas 7.000 personas y dejando a 200.000 familias sin hogar.
Filipinas es uno de los países más vulnerables a la crisis climática debido a los desastres naturales y, además, se asienta sobre el llamado "Anillo de Fuego del Pacífico", una zona que acumula alrededor del 90 % de la actividad sísmica y volcánica del planeta.