Lagunillas se queda sin su ‘Mocito’. El peculiar grafitti que retrataba al televisivo personaje malagueño ha pasado a ser sólo un recuerdo en este enclave que reivindica su espacio como barrio de creadores a golpe de spray. Escombros que dejan instantáneas como ésta y una aspiración histórica hecha añicos. Vecinos y colectivos en defensa del patrimonio de la ciudad como Torre Vigía denuncian que supone un nuevo expolio de uno de los escasos ejemplos de arquitectura tradicional de Málaga y una de las pocas zonas que se mantenían vírgenes desde hace décadas.
Un enclave en el que esperaban que se erigiese un centro vecinal y cultural dedicado a la memoria de Victoria Kent. Un extremo que formaciones como Partido Socialista y Málaga Ahora incluían en sus programas electorales en las pasadas municipales. Y es que la que fue primera mujer colegiada como abogada en España y también diputada republicana nació en lo que ahora son los jardines de Lagunillas.
Un edificio de titularidad pública que aseguran se encontraba en buen estado, sin amenaza de ruina, pese a contar con al menos 100 años de antigüedad. Al margen de la nostalgia histórica, reivindican su protección. “Figuraba en el Pepri-Centro como edificio sin protección, a pesar de la protección general de todo el conjunto como Bien de Interés Cultural, y no sólo eso, sino que en los mapas ya aparecía contradictoriamente, con protección ambiental pero a la vez como espacio en blanco en el parcelario, para ampliar la plaza o dejar libre la línea recta que ahora con este derribo sí comunica las calles Picacho y Melgarejo”, explican.
Una queja que no es nueva en el barrio, por otra parte. No han sido pocas las veces que colectivos como Torre Vigía o Málaga Rec han denunciado la demolición de inmuebles en el corazón de Málaga. “Supone disponer, con una transparencia nula, del patrimonio de toda la ciudadanía, que no tiene acceso a la gestión de su propio patrimonio”, se quejan.
Asociaciones del barrio como El Futuro está muy Grease o La Camboria han llorado también en las redes sociales esta pérdida, al grito de “Mocito infeliz”. De momento, el devenir de este histórico enclave se pinta cuanto menos sombrío.