Los dueños de mascotas deberán dejar de acudir a la desembocadura del Guadalhorce en busca de un espacio de esparcimiento para los más peludos si no quieren enfrentarse a una posible multa. Y es que la Junta de Andalucía ha denegado al Ayuntamiento de Málaga la autorización para convertir este enclave en una playa para perros. Desde la delegación territorial de la Consejería de Medio Ambiente en Málaga se escudan en que el uso sería "incompatible con la conservación del paraje natural afectado".
En el escrito, que da respuesta a la petición formulada el pasado 9 de junio por el Consistorio, al que ha tenido acceso VIVA MÁLAGA, se explica que "no procede la habilitación de la playa en la Desembocadura del Guadalhorce como playa de perros por la entidad de la incidencia sobre los recursos naturales presentes en ella y el valor de conservación de los recursos a afectar, así como por el riesgo sobre los recursos de fauna presentes en el Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce.”
A la vista de la resolución, a los dueños de mascotas les queda la playa para perros de Málaga y Rincón de la Victoria, en la desembocadura del arroyo Totalán, que podrá continuar funcionando al no estar este espacio del litoral malagueño catalogado como zona de baño para personas.