La Fiscalía de Violencia contra la Mujer de Málaga ha solicitado 51 años de prisión para el hombre acusado de acabar con la vida de su expareja y del hijo de ambos, de cinco años, en septiembre de 2013 en el barrio malagueño de La Luz. Además, insta a que indemnice a la familia de las víctimas.
Al hombre se le acusa de dos delitos de asesinato, de uno de coacciones, otro de malos tratos habituales, de cuatro delitos de lesiones y de otro de atentado a los agentes de la autoridad por el momento de la detención. Así, se pide la apertura de juicio oral por el procedimiento del Tribunal del Jurado.
Según señala el escrito de acusación provisional realizado por la fiscal delegada de la Sección de Violencia contra la Mujer, Flor de Torres, al que ha tenido acceso Europa Press, el acusado inició una relación con la víctima en 2006 y duró siete años, con varias rupturas y reconciliaciones y "dependencia afectiva" de su pareja.
Además, su comportamiento "de falta de control, miedos y hostilidades" era habitual durante la convivencia y también durante la ruptura, dice el ministerio público, "con control y acoso telefónico" a la víctima "coartando su libertad de decisión y movilidad".
La pareja había roto dos meses antes de los hechos, periodo en el que "la situación de crisis se agudizó", se precisa en el escrito de la fiscal, y tras dejar de convivir, el acusado había manifestado "su intención de acabar con la vida de la mujer en numerosas ocasiones".
En concreto, apenas ocho días antes, le dijo a un amigo a través de mensajes que la expareja "se libra" por el niño y que si no fuera por el pequeño "la mato". La acusación pública sostiene que el 22 de septiembre, por la noche, el acusado fue a la casa donde residía la mujer con el niño y se inició una discusión.
"Con el decidido e inequívoco afán de terminar con su vida", dice la Fiscalía de Violencia contra la Mujer, en un descuido le produjo a la víctima "por sorpresa" una herida con arma blanca en la zona cervical, que era "vital". Tras conseguir derribarla, le causó la muerte por asfixia, según los forenses.
El niño fue sorprendido por el padre que, "con el mismo afán" y ante los gritos del pequeño, le obstruyó los orificios respiratorios con la mano, ocasionándole la muerte. Tras esto, puso en la cama a las dos víctimas y se recostó. Horas después, el padre de ella, al no saber nada, fue a la casa y vio la escena.
Según el ministerio público, el acusado agredió al hombre y también a la madre de la chica, que acudió a la vivienda. Al ser detenido en un control, donde lo pararon por una infracción de tráfico, también arremetió contra dos agentes de la Policía Local, causándole lesiones.
La Fiscalía de Violencia contra la Mujer sostiene que el acusado conoce y comprende el alcance de sus actos, según los informes de los especialistas. Psicológicamente, presenta inestabilidad emocional con baja tolerancia a la frustración, desánimo, ansiedad e irritabilidad impulsiva.
Por estos hecho, se solicita 20 años de prisión por cada uno de los delitos de asesinato, con la agravante de parentesco; dos años por coacciones, tres años por malos tratos habituales, un año de cárcel por cada delito de lesiones y dos años por el de atentado a los agentes.
Como responsabilidad civil, solicita que el acusado, que tiene numerosos antecedentes penales, pague a los familiares con 400.000 euros por la muerte de la madre y del hijo; además de pedir otras indemnizaciones a favor de los padres de la mujer y de los policías por las lesiones supuestamente ocasionadas. El fiscal pide que le mantenga en prisión hasta el juicio.
En su primera comparecencia ante la jueza, el acusado se negó a declarar, pero luego sí asumió los hechos, aunque respecto al niño dijo no recordarlo y sobre ella, no precisó todo lo ocurrido. Apuntó que "no estaba en él", que perdió el control respecto a su expareja, y que no se explicaba qué ocurrió con el menor.
