Investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) han estudiado la percepción de los estudiantes andaluces sobre asuntos de actualidad como la violencia machista, el feminismo o la inmigración y los resultados han puesto de manifiesto algo "preocupante": la visión negativa que muchos de estos jóvenes tienen hacia algunos grupos socialmente vulnerables.
El profesor de la UMA Antonio Manuel Ávila y la doctoranda Alba Segura han entrevistado a 600 chicos y chicas de Málaga y Cádiz de entre 16 y 22 años (estudiantes de ESO, Bachillerato y universitarios) para conocer su opinión sobre once asuntos de "trascendencia social": la inmigración, el cambio climático, el feminismo, el movimiento animalista, el coronavirus, la violencia de género, la Constitución española, los populismos, la Ley de Memoria Histórica, el independentismo y la educación sexual.
El estudio, que recientemente se ha publicado en forma de libro, ha empleado un método de asociación léxica, que consiste en plantear a los participantes un tema para que escriban las palabras que consideren relacionadas con ese estímulo.
El análisis cualitativo y cuantitativo de esas respuestas, en el contexto de la teoría matemática de conjuntos difusos, ha permitido a los autores obtener "una fotografía comunitaria" de la población estudiada y establecer algunas conclusiones, como la existencia de "carencias o lagunas conceptuales" sobre algunos temas que afectan a colectivos vulnerables.
Muchas respuestas negativas
Según los investigadores del Área de Lingüística General de la UMA, los resultados revelan la existencia de percepciones que podrían considerarse "inmaduras o distorsionadas" en relación con cuestiones como el feminismo, la violencia de género o la migración.
Antonio M. Ávila y Alba Segura sospechaban que estos asuntos iban a suscitar algunas respuestas negativas, pero lo que no esperaban es que fueran tantas, especialmente entre el grupo de edad más joven, el de los estudiantes de instituto.
En el caso del movimiento feminista, por ejemplo, ha sido "relativamente corriente" encontrar términos como 'feminazi', 'desigualdad', 'mentira', 'opresión', 'falsedad', 'asco' o 'discriminación', que denotan una visión negativa de esta cuestión.
Las respuestas encontradas, eso sí, difieren según el género de los informantes, ya que la gran mayoría de mujeres vinculan el feminismo con palabras como 'empoderamiento', 'libertad', 'fuerza', 'unión' o 'sororidad', comenta Segura.
También hay diferencias en cuanto a la edad, pues "a medida que avanza el nivel de estudios, decrecen esas valoraciones negativas" y aparecen otras como 'progreso', 'aceptación' y 'avance', y en función de si la familia es más o menos tradicional.
"El rol social de la madre influye mucho en lo que los hijos piensan de determinados temas que nosotros hemos estudiado. Su papel es muy predominante en estos asuntos", destaca Ávila.
Violencia machista e inmigración
La violencia machista, por su parte, es vista como un problema entre los jóvenes con estudios superiores, mientras que esta lacra "se considera casi un engaño en los niveles más inferiores". "Es tremendo", reconocen los profesores de la UMA.
Aquí los vocablos predominantes son 'mujer', 'maltrato', 'machismo' o 'muerte', aunque aparecen otros que "invitan a la reflexión", como 'desigualdad', 'injusticia', 'mentira' o 'denuncia falsa'.
También abundan las percepciones negativas vinculadas al movimiento migratorio, con palabras como 'rechazo', 'ilegal', 'mena', 'papeles', 'moro', 'robo' o 'peligro'.
Ávila señala, en este sentido, que la inmigración "se considera un aspecto enriquecedor y positivo solo entre los estudiantes universitarios", ya que en los jóvenes de niveles educativos inferiores "se relaciona siempre o casi siempre con aspectos muy negativos".
Resultados preocupantes
El estudio evidencia, pues, que "se repite de manera sistemática" una concepción negativa hacia cuestiones que tienen que ver, sobre todo, con grupos socialmente vulnerables.
De hecho, uno de los aspectos que más ha sorprendido a los investigadores es que hay entre los jóvenes una necesaria conciencia general positiva hacia los movimientos relacionados con el medio ambiente o los derechos de los animales, aunque existe una menor sensibilidad hacia los derechos de las personas.
El objetivo de Antonio M. Ávila y Alba Segura es que estos resultados lleguen a los agentes implicados, como institutos, ayuntamientos, asociaciones o la Consejería de Educación, para que se adopten las medidas necesarias que reviertan la actual situación, impulsando, por ejemplo, campañas de concienciación, charlas informativas o la actualización del currículo escolar.
"Deseamos que nuestro esfuerzo sirva para activar mecanismos de acción social a través del estudio de la realidad sociolingüística. Nuestra intención ha sido ayudar a visibilizar deficiencias perceptivas que afectan negativamente al deseable ambiente de concordia y respeto que debería servir para medir el nivel de desarrollo de cualquier sociedad", subrayan los investigadores de la UMA.
"Ojalá nuestro estudio ayude a derribar determinadas barreras comunitarias con las que se han encontrado tradicionalmente determinados colectivos sociales vulnerables y que, por lo observado, se mantienen en la población más joven de nuestra sociedad".
