En la
Málaga del siglo XVIII y principios del XIX los barros malagueños era lo que estaba de moda. Con una arcilla, que
se extraía cerca del Convento de la Victoria, se realizaban
figuritas pintadas al óleo de entre 18 y 43 centímetros que
reflejaban la cultura y sociedad española, representando
personajes como el torero, la flamenca, el bandolero, el cenachero o los verdiales.
La arcilla era de “bastante buena calidad” y
permitía realizar todos los detalles “sin que se rompiera o se quebrase”, ha detallado Virginia Illana de la Torre, monitora del
taller ‘Los barros malagueños’ del Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares.
El barro de Málaga “
llamó la atención de muchos turistas ingleses”, que los
compraban como souvenirs. De hecho, ha explicado Illana, el cerca de centenar de obras que hay en la pinacoteca malagueña proceden de un coleccionista inglés, que
tenía en su poder 83 figuritas.
Esta colección “se compró por 900 libras y tiempo después llegó a Málaga”, para finalmente establecerse en el museo en 1972, donde se encuentra
una de las salas “
más importante e increíbles de barros malagueños”. Estas figuras convertidas en souvenirs
exportaron las costumbres de Málaga y de España al resto del mundo, representando también a personajes como los majos y majas, “que era la sociedad más humilde de Madrid del siglo XVIII”.
En el siglo XXI dan testimonio de cómo eran “las
personas que formaban la sociedad, sobre todo la exótica,
la llamada España de pandereta”. Estas obras de arte, a pesar de su gran importancia,
son poco conocidas. Algo que está cambiando gracias a talleres como los que se organizan en el Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares.
“Los descubrimos la semana pasada y hemos repetido”, porque aprenden cosas nuevas mientras pasan tiempo en familia, cuenta a 7TV Málaga Beatriz, acompañada de su hija. Junto a la pequeña, también está sentado el padre, Francisco, quien moldea un cenachero: “Es la primera vez que toco el barro malagueño y
es una bonita experiencia”. Esta familia de tres es parte de
un grupo de 18 curiosos, que han participado en el taller de este sábado.
Tras una
charla sobre su origen e importancia; han diseñado, dado forma y pintado una figura a partir de una pasta de moldear.
Ángel ha reproducido con sus manos un bandolero, porque le ha gustado “su postura”.
Sofía ha disfrutado de este
taller “tan chulo” donde ha aprendido a trabajar la arcilla. Alicia le ha gustado poder hacer su “
propia escultura y llevártela a casa” y Carlota se ha sorprendido por la historia de los barros de Málaga.
El
Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares desarrolla actividades los sábados entre las que se encuentra el
aula didáctica ‘Los oficios’, donde se imparte una
veintena de talleres sobre antiguos oficios, con entrada libre hasta completar aforo, dentro del marco del ciclo ‘Sábados en el MUACP’.