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La tasa de pobreza sigue en el 41% pese a la ‘mejoría’

Cáritas Diocesana reconoce que se ha producido una “ligera mejoría”, pero las cifras denotan un “estancamiento”

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Una de cada cuatro personas sigue solicitando la ayuda de Cáritas Diocesana para poder subsistir cada mes. Los datos están ahí para hacer frente a los mensajes de recuperación, aunque también es cierto que la tendencia apunta a una leve mejora. “De 2009 a 2016 ya se ve una ligera mejoría, pero con estancamiento”, apunta el director de Cáritas, Francisco Domouso, quien alerta de la tasa actual de riesgo de pobreza o exclusión social, que en el último año ha llegado al 41,7%. La cifra es mejor que la de 2015, en el que se llegó al 43,2%, “pero todavía estamos muy lejos de la existente en 2009, fecha que se toma como inicio de la crisis, cuando apenas se superaba el 33%”.

Domouso hizo estas manifestaciones en el transcurso del programa A compás de Ondaluz Jerez TV, donde reconoció que “la situación económica para algunas familias es mejor: los honrados ya no vienen a solicitar nuestra solidaridad, pero seguimos atendiendo a una de cada cuatro personas, y ése es un dato estable”. “Algo se ha mejorado, pero la recuperación no llega aún a todas las familias”, apostilla. En este sentido, “lo que más nos preocupa -prosigue-, es la carencia material severa de muchas de las familias que atendemos, ya que la cifra ha pasado del 5,7% en 2009 al 7,1% en 2016”. 

En lo que respecta  al día a día de la organización, Cáritas “tiene bien atendidas las necesidades básicas” de las personas que atiende; es decir, alimentación, ropa y calzado. Pero a esa atención primordial se está sumando de forma creciente las peticiones de familias que solicitan que se les paguen los recibos de alquileres y suministros. “Es lo que más nos piden en este momento; de hecho, se han incrementado este tipo de ayudas frente a las de necesidades básicas”, relata Domouso.

La clave, según concluye, se encuentra en que hay personas con empleo que necesita seguir recurriendo a Cáritas para poder sacar adelante a sus familias, “ya que estamos hablando de un empleo muy precario, lo que está induciendo a que muchas personas tengan que buscar un trabajo en b o recurrir a nosotros”.
En este sentido, apunta al perfil creciente de usuarios de Cáritas: personas entre 40 y 49 años. “Es la edad más maltratada en materia de empleo. Se encuentran estancados y muchos caen en la desgana. Recuperar a esas personas nos preocupa bastante en este momento”.

El problema del copago sanitario y la vivienda

Francisco Domouso apunta a uno de los casos que está incidiendo de manera más grave en la pobreza severa: la falta de fondos para poder pagar los medicamentos a causa del copago sanitario. “Hay personas que dejan de tomar sus medicamentos porque no tienen para pagar. Pero hay casos más graves, como los de las vacunas de pago para los niños y a las que no pueden hacer frente”. Una cuestión a la que hay que sumar otra problemática, la de la falta de viviendas sociales. “Una de las causas que más detectamos es en los requisitos de acceso a una vivienda social nueva -relata-, ya que la petición de requisitos no están al alcance de las personas con las que trabajamos desde Cáritas”. Una cuestión que, según expone, está provocando la aparición de “guetos” en las ciudades.

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