El obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, ha animado a los cristianos a tratar de “vencer al pecado” valiéndose para ello de las “armas” de la “oración, el ayuno y la limosna”. Mazuelos ofició ayer la eucaristía del Miércoles de Ceniza en la Santa Iglesia Catedral, con la que se abrieron los cultos propios de la Cuaresma.
En su pastoral sobre el nuevo tiempo litúrgico que se ahora se abre, el prelado sostiene que “las tentaciones de Jesús en el desierto” son para la Iglesia “un paradigma de la lucha que debe sostener el cristiano en medio del mundo en orden a su salvación”. En este sentido, Mazuelos entiende que el “combate cristiano” tiene como enemigo al “pecado”.
“La Cuaresma nos trae algo que mundo, demonio y carne están empeñados en arrebatarnos: el sentido del pecado. En la medida en que se ha eclipsado a Dios en nuestra sociedad, también se ha diluido la idea de pecado, pero en la medida en que dejemos entrar en nosotros la luz de Cristo, podremos ver con su claridad nuestra miseria y falta de gratitud ante la misericordia infinita de nuestro Dios”, subraya.
Para librar ese “combate”, el cristiano tiene como principales armas “la oración, el ayuno y la limosna”. No obstante, Mazuelos advierte de que a Jesús “no sólo le preocupaba que sus discípulos fueran caritativos, generosos y desprendidos y dieran limosnas, sino que también le preocupaba el modo en que esta limosna se daba”. “Jesús detestaba el modo de dar limosna que tenían los fariseos y se lo señaló claramente a sus discípulos”, advierte el prelado, que hace suyas las palabras del evangelista San Mateo: “Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, y así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve lo secreto, te lo pagará”.
La jornada de ayer se vivió con especial intensidad en los templos en los que se exponían imágenes en besapiés o besamanos, como San Miguel, San Francisco, San Lucas, Capuchinos, la iglesia de la Victoria o la parroquia de San Pedro.