La Junta de Gobierno Local, presidida por la alcaldesa María José García-Pelayo, ha aprobado la cesión para la exposición ‘La Obra Invitada’ del Museo de Bellas Artes de Bilbao de la pieza ‘Retrato de Anciano’ encontrada en el yacimiento de Mesas de Asta y que se encuentra actualmente en el Museo Arqueológico de Jerez.
El objetivo de la exposición es presentar obras temporalmente cedidas por otras instituciones, que adquieren nuevo significado e interés al ser presentadas en el contexto de la colección permanente del Museo de Bellas Artes de Bilbao. La Fundación Banco Santander patrocina esta iniciativa desde el año 2004, en ocasiones prestando obras de su propia colección.
Desde el inicio del programa se han podido contemplar 49 obras, entre ellas algunas de Berruguete, Morales, Van Dyck, Tintorero, Gentileschi, Monet, Sorolla, Picasso, Chillida, Turner, Rubens o Friedrich.
Este traslado deberá ser autorizado previamente por la Dirección General de Museos de la Junta de Andalucía.
El delegado de Turismo, Cultura y Fiestas, Antonio Real, destaca que “la cesión de esta pieza será una gran oportunidad para difundir los fondos del Museo Arqueológico y la Marca Jerez a nivel nacional con un evento cultural tan importante, lo que supone el reconocimiento del patrimonio histórico-arqueológico jerezano”.
El delegado también ha recordado que el año pasado, el Museo Arqueológico cedió una lápida con inscripción almohade de la Puerta del Real para la exposición ‘El Marruecos Medieval’ que se celebró en el Museo del Louvre de París.
Retrato de anciano
La pieza solicitada por el Museo de Bellas Artes de Bilbao es el ‘retrato de un anciano’ en mármol de 36 centímetros de altura y de época romana, concretamente de inicio de la época de Augusto, que fue encontrada en el yacimiento de Mesas de Asta.
La pieza constituye uno de los escasos ejemplos que ilustran los inicios de la retratística romana en Hispania. Pertenece a un hombre anciano que mira a lo lejos y distiende los labios finos en una sonrisa. El tiempo ha dejado una profunda huella en su rostro, patas de gallo, arrugas y pliegues que tampoco faltan delante de las orejas y en el cuello. Pelo corto y escaso del que sólo se señalan las puntas, mientras que unas entradas profundas se abren sobre la frente. Mantiene la tradición del realismo republicano, si bien adscrita a una corriente artística culta, que vincula la obra al retrato romano urbano.
