La alcaldesa, María José García-Pelayo, se mostró ayer resignada ante la decisión del Ministerio de Hacienda de poner en venta el Rancho de la Bola, lo que dificulta sobremanera que se haga realidad una de las viejas aspiraciones del Consistorio, que no era otra que la de acceder a la titularidad del antiguo complejo militar para su reconversión en parque periurbano.
García-Pelayo admitió que es “complicado” que el Ayuntamiento pueda “tumbar” la decisión adoptada por el Estado, rechazando la posibilidad de “abrir un frente” con el Gobierno central por la titularidad de esta superficie.
A modo de consuelo, la primera autoridad municipal recordó que, con independencia de quién sea el futuro propietario de este espacio, el Rancho de la Bola “va a seguir estando ahí”.
Ello no significa -incidió García-Pelayo- que el Ayuntamiento renuncie a su posición inicial, que era la de hacerse con la titularidad del complejo. “Nuestra línea de trabajo va a seguir siendo la misma, que es la de reclamar el Rancho de la Bola para la ciudad de Jerez, pero es cierto que hay cuestiones que resulta complicado tumbar desde aquí”, añadió.
La alcaldesa recordó que, en la legislatura pasada, el Gobierno de Rodríguez Zapatero valoró en un millón de euros el coste de esta superficie, un precio que el Consistorio no estaría en disposición de abonar porque, entre otras cosas, “hay otras prioridades” que atender en la ciudad.
García-Pelayo no pasó por alto la ocasión de valorar la reciente cesión al municipio del antiguo Depósito de Sementales, un complejo que podía haber corrido la misma suerte que el Rancho de la Bola. “Si no se hubiera firmado ese convenio con Defensa, posiblemente hoy estaría en la misma situación”, zanjó.