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Jerez

“En el mundo vinícola las cosas van a comenzar a ir bien”

”Jerez tiene que ser una ciudad mucho más productiva, con una economía mucho más productiva que de servicio”

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  • Carmen Romero en un momento de la entrevista. -

Asume el reto de ser Rey Gaspar en la Cabalgata de 2013 y, desde hace muchos años, el de llevar la gerencia de AECOVI, la unión de cooperativas del marco que intenta poner su granito de arena al reflotamiento del sector del vino de Jerez.

-Rey Mago, en tiempos revueltos

— En tiempos difíciles más que revueltos. Se pueden hacer cosas. Es positivo. Estamos viendo que todo el mundo es muy solidario y que es consciente de la situación complicada, pero también es verdad que nuestro cometido es en un tiempo concreto y para una finalidad concreta y resulta muy interesante hacerlo. 
—¿Esperaba el nombramiento?
— No. La verdad es que no. Me cogió por sorpresa y, al principio, me asusté muchísimo. Incluso le dije a la alcaldesa, con la me una una muy buena relación, que me lo quería pensar. Pero no se puede decir que no a una aportación, aunque sea mínima, de tu tiempo para algo que sean cosas para los demás. Muy contenta y muy satisfecha. 
—¿Por qué cree que ha venido esta elección? 
— De alguna manera yo represento a un tipo de mujer trabajadora en estos tiempos, que no está relacionada con las artes escénicas sino con el trabajo duro del día a día. Me lo tomo como la representación de las mujeres del mundo rural y, en ese sentido, no podía negarme. Soy la primera mujer del mundo agrario que es Rey Mago en Jerez y para mí es un honor y un compromiso serio con la ciudad de Jerez.  
Había hecho un alto en el camino matinal de un día en el que se afanaba en el despacho de las instalaciones de AECOVI en Pie de Rey y buscaba tiempo para acudir a la presentación oficial de la Cabalgata 2013. Reconocía que se sentía “superada”, pero sacó tiempo de donde quizá no lo tuviese para hablar de su reinado el próximo día 5 y de su realidad laboral del día a día, entroncada desde hace muchos años ya en un sector, como el agrícola  en general y el vinícola, en particular, que tampoco atraviesa sus mejores momentos...
— Pero yo pienso que van a empezar a ir bien las cosas. 
— ¿De verdad?
— Siempre he sido optimista. Hay que trabajar muy duro, eso sí, pero creo que estamos en un momento positivo. Estamos saliendo de la crisis. Ha habido tiempos muy, muy difíciles. Lo hemos pasado muy mal, pero creo que las cosas están cambiando y tenemos una nueva etapa por delante muy positiva. Desde luego, todo es con trabajo, con muchísimo trabajo. Entiendo que el sector agroalimentario, en general, tiene que mirar hacia fuera, mirar a la exportación. Es lo que estamos haciendo nosotros. Llevamos años con un proyecto de hacer productos gourmet con vistas a la exportación y eso es algo que hay que poner en valor y tiene un recorrido positivo. Es complicado, muy complicado, no digo lo contrario, pero hay motivos para la esperanza. Todo pasa por trabajar duro, por saber que las cosas necesitan mucho tiempo, pero hay que tener puesto el objetivo en un un punto de mira concreto. El sector agroalimentario de Jerez tiene mucho que hacer todavía y el resultado está fuera, no dentro. En estos momentos la exportación es clave para todo el sector agroalimentario.
— ¿También está la clave en cambiar la mentalidad del sector?
— Claro. Pienso que en el sector agroalimentario en general somos buenos productores pero malos comercializadores. Hay que aprender a ser buenos comercializadores. En una empresa la mejor inversión, o la inversión más necesaria, es la del factor humano y tenemos que tener muy buenos comerciales, saber vender, saber que las cosas por muy buenas que sean no se venden solas, hay que saber venderlas. En esta zona ha fallado un poquito eso. Planificamos mal la producción, creemos que estamos en posesión de lo mejor para vender, pero las cosas no se venden, se compran. Hay que hacer todo lo posible para que haya un comprador para el producto y adaptar el producto a lo que el cliente quiera. Es algo que nos falta en el sector.
— Aecovi ese comprador lo está encontrando en Rusia, Japón...
— Estamos entrando en vinos y en vinagres en los otros mercados, en aquellos donde el jerez no es tan conocido. Era una dificultad pero también la única posibilidad por nuestra parte, porque el mercado del jerez es muy maduro, hay firmas que llevan muchísimo tiempo y nosotros estábamos de nuevo y con una imagen nueva y hemos entrado en los mercados en los que se están creando clientes. En esa línea, nuestro principal mercado es Estados Unidos, pero detrás están Rusia, China, Japón.. y hay países pequeñitos, donde también estamos haciendo cosas, como Suiza, Croacia. Hay ya estamos en veinte países, con mucha dificultad pero con mucha esperanza y con mucha ilusión. 
— ¿Es el cooperativismo el ejemplo a seguir por las grandes firmas?
— No hay nada que sea ejemplo de nada. Cada cosa tiene su entorno, sus ventajas, inconvenientes y secretos, entre comillas. No somos ejemplo de nada, simplemente hemos puesto en valor una serie de cosas de las cooperativas, de la labor artesanal de los viticultores y eso es lo que estamos intentando vender, bajo una calidad impecable y bajo una imagen adaptada al mercado gourmet al que nos estamos dirigiendo.
De fondo se escuchaba el run run de unas oficinas que estaban a pleno funcionamiento a primeras horas de la mañana. En la sala de reuniones aparecen esos vinos con nombres propios que ha lanzado AECOVI y en la estantería lateral los muchos premios que esos vinos han ido recibiendo, así como la propia labor de las cooperativas agrupadas bajo las citadas siglas. El vino, su crisis, su comercialización era el eje de una conversación que derivó en esa graduación que podría ser un problema añadido por lo que significa de gravamen para la exportación.
—Está gravado el alcohol, pero también está muy gravado en las bebidas espirituosas y no están en crisis. La ventaja de los vinos de Jerez es que tenemos desde 15 a 22 grados aproximadamente. Son vinos muy especiales, muy particulares, se quieren clientes muy particulares, pero somos los únicos que hacemos vinos de Jerez. Eso es una ventaja. Cada producto hay que valorarlo con sus cosas positivas y sus cosas negativas. Los grandes vinos de Jerez son productos que aún son desconocidos en muchos sitios. El nombre de Jerez es un activo importantísimo. Luego hay que conseguir que el consumidor no solo lo pruebe, sino que lo siga comprando y esa es una labor del día a día con mucha gente trabajando en eso. Ese es el secreto sencillamente.
— El secreto, en AECOVI, es que se buscan nuevas alternativas con el I+D+i
— Una emprea para mantenerse  tiene que estar siempre moviéndose. Es otro problema. Normalmente ha habido en los últimos años una filosofía de conseguir fácilmente las cosas, pero las empresas agroalimentarias difícilmente dan un pelotazo. No es una política de empresa adecuada el pelotazo. Tenemos claro que de repente no va a aparecer un cliente magnífico que nos va a comprar toda la producción y la va a comprar carísima. Eso no ocurre, antes te toca la lotería. Hay que estar continuamente creando nuevos productos. Es difícil crear nuevos productos y, sobre todo, es difícil porque somos muy modestos, hemos empezado poco a poco, nos ha tocado invertir en una época complicada, somos un proyecto pequeñito que está creciendo poco a poco, pero, como dice un escritor japonés que me encanta, los que crecen despacio crecen bien y, como las viñas, nuestra empresa está creciendo despacio pero creo que bien.  
— ¿Y la situación de las cooperativas en el Consejo Regulador cuál es?
— Creo que tenemos más o menos equilibrado el sector. Hemos pasado épocas muy complicadas que no le han venido bien a nadie, pero las cosas hay que saber negociarlas entre las partes, los movimientos demagógicos no llevan a sitio alguno y el sector cooperativo, de nuestras cuatro cooperativas, es un sector prudente que sabe estar, que sabe aguantar, que es razonable. Esa es la imagen que estamos transmitiendo. De tranquilidad, de hacer las cosas elegantemente. El sector productor de cooperativas cumple con esa máxima. 
— Pero también ha habido fricciones..
— Sí, AECOVI son cuatro cooperativas y antes eran siete. Hay veces que los proyectos no pueden contar con el cien por cien de las personas o de las empresas. AECOVI ahora es una cooperativa con mil doscientos agricultores que tiene a cuatro cooperativas entre ellas la única de Jerez, a una de las de Sanlúcar, una de Chipiona y otra de Chiclana, que tienen el mismo criterio de las cosas. Eso nos ha permitido avanzar. Hemos empezado una etapa muy profesional en la que nuestros agricultores son conscientes de que las cosas se consiguen poco a poco, con el diálogo y donde invertir en el viñedo es algo permanente. Nuestros viticultores en los últimos años han estado poniendo al día sus viñedos, con la ayuda comunitaria que la ha habido y que ha sido muy positiva. Gracias a ello tenemos viñedos en condiciones y hemos creído en la uva incluso en tiempos difíciles. Ahora estamos empezando a recoger algún fruto.
—¿Habrá algún día un denominación de origen del moscatel, como alguna vez se ha escuchado en Chipiona?
— Los nombres no son los importantes,lo importante es lo que hay detrás. El nombre de Jerez es muy importante en la exportación y no hay mejor paraguas que el jerez para los productos del marco. Es un nombre que tiene un prestigio que no lo sabemos bien hasta que salimos fuera. Lo que pasa es que después hemos hecho, lo que hemos hecho algunas veces, pero el nombre en sí es una buena marca y las marcas buenas hay que potenciarlas y no dividirlas.
— ¿Puede volver el sector del vino a ser la locomotora económica de la ciudad como lo fue hace ya años?          
— Nada funciona bien cuando todo se basa en una economía. El vino de Jerez es parte de las cosas importantes que hacen a Jerez especial, pero es uno de los temas. Mi opinión personal es que Jerez tiene que ser una ciudad mucho más productiva, con una economía mucho más productiva que de servicio. Durante muchos año nos hemos querido centrar en los servicios, pensando que la producción es para otros inferiores y no es así. En ninguna economía en la que no funcione bien la producción funcionarán bien las otras cosas, excepto en países muy desarrollados y nosotros no estamos en esa situación. Hay que volver a la producción y la producción agroalimentaria debería ser un motor importantísimo. No solo el vino, sino todos los productos agroalimentarios.  
— En definitiva que el valor añadido se quede en Jerez      
— Pero para eso no hay que invertir solo en dinero sino en personas. Sabemos producir pero nos cuesta saber comercializar y tenemos que saber eso.      
— Que el bróculi no se siembre aquí y se envase en el Reino Unido.
— No es el ejemplo, porque es un producto con poco movimiento.  
— Es por fijar un poco el tema.
— La industria más desarrollada es la que tenemos que hacer aquí. Lo que es la industria conservera, las distintas gamas de productos ya manipulados y puestos en el supermercado, eso da un gran valor añadido. Almería es un motor importantísimo en la agroindustria y Jerez podría serlo porque tenemos condiciones meteorológicas suficientes, de suelo, sabemos producir, pero nos falta la parte más complicada , saber desarrollar un producto. La industria agroalimentaria es importantísima. Hay muchos motivos, y no vamos a entrar en ellos, para que no se haya desarrollado convenientemente, pero es importante.       
—Es decir que la ve como fundamental para el desarrollo económico de la zona.
— En estos momentos la industria agroalimentaria es importantísima. Dentro de la situación de crisis que hay en España el sector que va mejor es el agroalimentario en la exportación.
Consumíamos los minutos en una charla ciertamente interesante, porque sobre el tapete de la conversación estaba el tema de Jerez, del jerez y de un mundo rural al que está inexcusablemente unida la Rey Gaspar de este inmediato año 2013. Por eso quisimos adentrarnos en los terrenos de ese mundo rural que tan bien conoce Carmen Romero...        
— El mundo rural son muchas cosas no solo la agricultura. Creo que este país, esta zona en los últimos veinte años ha cambiado muchísimo afortunadamente. En el mundo rural, antes de la crisis, había mucha gente porque quería estar ahí ya que había otras opciones. El mundo rural es desde la agricultura a los hijos de los agricultores que han podido estudiar carreras universitarias porque el mundo rural lo ha permitido. En estos momentos hay unas injusticias sociales mucho más bajas que hace unas décadas, hemos tenido la oportunidad de cambiar y hemos cambiado. La Unión Europea nos ha facilitado muchas cosas. Lo que me preocupa que todo eso se convierta en un receso. Del mundo rural han salido gente con muchas posibilidades.
— Terminamos, que corre el reloj y tiene que seguir con su labor. ¿El mensaje de Gaspar a Jerez? 
—Un mensaje de optimismo y de ganas de luchar. Hay que luchar mucho. Las cosas, aunque sé que es difícil en estos momentos, hay que verlas desde el lado positivo,. Si nos dejamos llevar por el pesimismo no estaremos en el buen camino. Jerez tiene pilares importantes que nos van a permitir salir de la crisis pero para eso tiene que existir una buena actitud.
En la cabalgata estará rodeada “de mi gente, mi familia, mis amigos, la gente de la cooperativa de Jerez, que son mis amigos, mis sobrinos que están superilusionados. Mi hija no porque es muy pequeña. Formaremos un buen equipo”. Ya está viviendo, antes de que llegue esa gran tarde del 5 de enero, momentos muy entrañables “como la de los juegos creativos que celebramos en el Parque. Fue un regalo ver a tantos padres y niños jugar sin electricidad, sin pilas, con juguetes reciclados. Fue una auténtica gozada, es algo que hay que repetir, más allá del aspecto solidario que se buscaba, y la verdad es que viví un momento realmente magnífico”. Y es que, en definitiva, “la prioridad que tenemos los tres Reyes de este año, que estamos muy unidos, es sin género de dudas los niños. Ellos son los grandes protagonistas de esa jornada tan especial”. Una jornada para que se sigue preparando en compañía de Melchor Ravelo y Baltasar Gómez Beser.
 

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