La falta de agua está llevando al campo a una “
situación crítica”. Esto, unido a la posibilidad de nuevas restricciones por la sequía, despierta el temor en las asociaciones agrícolas y ganaderas que están pasando por uno de los años más complicados que recuerdan. A esto se le añade el aumento de los costes de producción que están azotando a los profesionales del sector y que ven cómo se están reduciendo los cultivos.
Si esto sigue así, según el presidente de ASAJA Cádiz, Pedro Gallardo, “lastrará la cuenta de resultados y hay explotaciones que
pueden cerrar, no solo agrícolas, sino ganaderas. Esto nos preocupa porque significa que lo que no vas a producir aquí
lo vas a tener que traer de fuera”.
Los costes son “
insoportables” y se pide ayuda a las administraciones. Hay cultivos “a los que podremos restringir las dotaciones de agua, pero hay otros que
ya están sembrados, han nacido y van a dar sus frutos y necesitamos agua para terminar el ciclo. Luego están los cultivos permanentes no solo para el fruto, sino para que no se muera el árbol”.
El temor llega porque “
el año viene muy seco. No solo este año, viene de cuatro años de sequía. La culpa no la tiene el campo. Entendemos que hacen falta más infraestructuras”.
Cereales y olivar, los más afectados
Los cereales están “muy tocados” y se habla de una reducción de
un 50%, al igual que el olivar. También puede haber una merma en las
hortícolas, el algodón, la viña o el arroz. Igualmente, si el ganadero no tiene pasto “tiene que comprar pienso”.
Tarde para cambiar el tipo de cultivo
Hay años que el agricultor se puede permitir un campo de cultivo, pero “con el partido empezado
no se puede cambiar. Ya hay agricultores que están decidiendo no llevar el trigo a maduración y segarlo en heno. Tienen poco margen de maniobra”.