Una celebración que cumplía además su trigésima edición y que sólo se vio deslucida tras embestir uno de los tres astados de la ganadería de Gavira a un conocido socio de la peña del Toro Embolado, provocándole heridas leves y un buen susto.
La mañana comenzó con gran cantidad de aficionados agolpados en las vallas dispuestas a lo largo de todo el recorrido, así como de corredores dentro del propio itinerario fijado.
Sin embargo, la salida de Bohemio se frustró rápidamente al hacerse daño el toro con los cuernos y regresar por el recorrido hacia su inicio.
Fuentes de la organización consultadas por este periódico señalaron que, dado que el animal no quería salir, suponía un gran esfuerzo llevarlo por el recorrido con la resistencia del astado, que a la par se resentiría por el gran cansancio que sufriría en su oposición a ser trasladado. Todo ello aconsejó a la organización su vuelta al cajón y su posterior suelta en la plaza, que finalmente acarreó el único revolcón de consideración de toda la jornada.
Segundo toro
Debido a este primer incidente, la espera de la salida de Simpático se vivió entre una gran expectación. Puntuales, a las 12.00 horas, las puertas del cajón se abrieron y el toro recorrió las calles en una carrera limpia antes de llegar a la plaza de toros de La Montera. Si bien el animal hizo varios amagos de darse la vuelta en el recorrido, lo que habría cogido desprevenidos a cuantos circulaban por dentro de las vallas, la organización supo llevarlo con oficio hasta la plaza.
Una vez dentro, más de cincuenta personas le esperaban en el albero para hacerle recortes, piruetas, pases con jerseys o toreo a la limón con cazadoras y chaquetas. Sin embargo, el público presente en el coso, que llenaba a reventar las gradas hasta el punto de colapsar las escaleras de acceso, se divirtió ampliamente con el espectáculo.
Tras meter al toro Simpático en los chiqueros se soltaron varias vaquillas que, más rápidas y hábiles que el astado, provocaron más problemas entre las personas que recorrían la arena. Aquí si se pudieron disfrutar de más carreras y de algún que otro pase con un poco más de arte.
Finalmente, se soltó de nuevo al toro Bohemio, que pareció recuperar fuerzas y que propinó un fuerte revolcón a un miembro de la peña que no lo vio venir. El impacto, cabeza con cabeza, provocó que el peñista tuviera que ser trasladado de urgencia al hospital Puerta de Europa de Algeciras donde no se le apreciaron heridas de gravedad y su pronóstico fue considerado como leve. Horas después recibió el alta médica y pudo regresar a su domicilio.
Tras recoger a los primeros toros y vaquillas, la actividad en la arena de la plaza tuvo un receso que muchos aprovecharon en las barras habilitadas en los exteriores del coso para reponer fuerzas y refrescar gargantas.
Ya por la tarde, el toro Vinagrero realizó el último de los recorridos por el itinerario fijado por la organización. La salida se volvió a realizar desde la calle Vega de Maldonado, a la altura de la oficina de Unicaja. La parte más ancha de esta calle forma un pequeña plaza triangular, cuyos perímetros exterior e interior se vallaron en previsión de incidentes.
El itinerario seguía luego hasta el cruce con la avenida Juan Rodríguez y de ahí, por la calle Severo Ochoa, hasta la avenida Doña Rosa García para tomar la rotonda del monumento a las ganaderías bravas y enfilar la avenida Carlos Cano hasta la plaza de toros La Montera, en cuyo ruedo finalizaba el recorrido.
Valoración
El presidente de la peña Toro Embolao, Joaquín Gil, se mostró ayer tarde emocionado por cómo había transcurrido el festejo. Gil recalcó que es “un éxito rotundo” que debido a la masiva participación en el evento y la presencia de nueve animales no se produjeran más incidentes que el citado revolcón.
El presidente también aseguró que las previsiones de asistencia se “desbordaron” tanto en el recorrido de los astados como en el abundante público que se desplazó hasta La Montera para disfrutar del espectáculo.