Más intérpretes de lengua de signos para Jaén. Ésta es una de las reivindicaciones de la Asociación Provincial de Personas Sordas de Jaén ‘Aprosoja’, que cumple 50 años de actividad en la provincia, donde atiende a 4.000 personas con diversidad funcional auditiva, de las que alrededor de 800 son vecinos de la capital.
Su línea de trabajo sigue siendo “ la inclusión social y laboral, y la eliminación de barreras”, según su presidente, José Ramón Izquierdo. Es por ello que reclaman la necesidad de un mayor número de intérpretes de lenguas de signos en el ámbito de la Sanidad y en los centros de enseñanza.
El presidente señala la escasez de intérpretes en Jaén, que se reduce a una persona contratada a media jornada en Aprosoja y a dos, a jornada completa, en el Ayuntamiento de la ciudad. “Si pides cita para el médico y coincide que no está disponible la intérprete, tienes que esperar a que pueda acompañarte, encontrándote con una barrera que se solucionaría con la dotación de este personal en los centros sanitarios”, señala Izquierdo.
El Ayuntamiento de la capital fue pionero en la contratación de dos intérpretes de lengua de signos. “Fue un logro que conseguimos y aún hoy, es el único Ayuntamiento que ofrece este servicio, con dos personas contratadas”, agradece, señalando que la dotación para la provincia “no es suficiente”. De ahí que reconozca la necesidad de “incluir la lengua de signos en todos los ámbitos”, para garantizar una “inclusión real de las personas sordas”.
El centro educativo ‘Cándido Nogales’ de la capital es ejemplo de inclusión. “Imparte una educación bilingüe, está todo escrito y una línea de maestros de Primaria sabe lengua de signos. Estamos muy contentos”, reconoce Izquierdo.
Las barreras en la inclusión laboral también quieren hacerlas desparecer. “Contamos con una Unidad de Orientación, ‘Andalucía Orienta’, pero seguimos encontrando muchas barreras. A las empresas les cuesta aceptar que una persona sorda esté en su plantilla. Hay empresas sensibilizadas, pero queremos llegar a más”, explica. Y más cuando “cada vez hay más personas con diversidad funcional auditiva formadas, con estudios, que tienen derecho a trabajar en lo que se forman”, termina.