La junta directiva de la Asociación Jiennense de Alcohólicos Rehabilitados ‘AJAR’ ha comenzado su semana dedicada al Día sin Alcohol (15 de noviembre), con actividades de concienciación e información para acercar a la sociedad la realidad de la entidad. Entre otras, unas jornadas de puertas abiertas.
Según datos facilitados por el presidente de AJAR-Jaén, Miguel Fernández, como centro de rehabilitación y ambulatorio, al año atienden alrededor de 50 personas con problemas de adicción al alcohol. En la actualidad están siendo atendidos 60 jiennenses, de un perfil variado. “Cada vez son más jóvenes los usuarios que nos llegan. El consumo de alcohol empieza ahora a una edad muy temprana, con 12 ó 13 años. Cuando tienen 23 años ya llegan con muchos problemas por la adicción”, confiesa Fernández.
A lo largo de 2020 fueron atendidas 50 personas, once de ellas mujeres. “Ellas tardan más tiempo en pedir ayuda. Una vez en la Asociación, se integran y salen de la adicción”, explica. Estas cifras reflejan que en tiempos de pandemia y confinamiento, se han seguido detectando casos. “Quien bebía fuera, cuando los bares han cerrado y ha habido confinamiento, lo ha hecho en casa. Esto ha permitido que los casos de adicción se detecten de forma más rápida. La convivencia ha hecho que aflore la edición”, dice.
Pedir ayuda es una acción que se puede retrasar “hasta ocho o diez años”. Y es que “el alcohol está normalizado en la sociedad” y eso, asegura Fernández, “hace que no se le dé importancia al hábito de consumir a diario”.
En cuanto a la rehabilitación, asegura que “puede ser en poco tiempo”, pero conlleva una “abstinencia para toda la vida”.