Propuesta de un ciudadano para acabar con el maltrato animal
La romería del Rocío moviliza a centenares de miles de personas, y muchos de ellos se mueven por los caminos y la aldea en vehículos de tracción animal y sobre caballos. De hecho, la Hermandad de Huelva, es la que lleva a un número mayor de caballistas. De ahí la preocupación de un onubense, Antonio Páez, por el correcto cuidado de estos animales.
Tal es su preocupación, que ha enviado un escrito al encargado del Plan Romero en el que enumera una serie de propuestas para evitar el maltrato animal, así como también ha iniciado una pegada de carteles, en nombre de los equino, en el que recuerda a los romeros que “tú comes, tú bebes, tú descansas; nosotros también. Tolerancia cero al maltrato animal”.
Su objetivo es acabar con las cifras de la vergüenza, esas que cada año dan cuenta de los animales fallecidos durante la romería. Precisamente, durante la salida de la Hermandad de Emigrantes este miércoles por la capital onubense, un mulo que tiraba de un carro se desvaneció en la calle Fernando El Católico, y según han denunciado colectivos contra el maltrato animal el Facebook, el animal falleció.
Para que estos episodios no se repitan más, Páez pide que las hermandades enfaticen en la difusión pedagógica sobre el cuidado de los animales, así como que se coloquen abrevaderos móviles desde los puntos de salida de las filiales hasta los lugares de pernoctación.
Del mismo modo, este onubense reclama la vigilancia de cuadras, una inspección veterinaria rigurosa así como la “aplicación implacable de la ley a los infractores que maltraten animales, identificando tanto a los que alquilan como a las empresas de alquiler”.
En este sentido, Páez pide la creación de una base de datos administrativa, “quedando el infractor inhabilitado a participar con caballo propio o de alquiler en cualquier romería en el ámbito andaluz”.
Al margen de estas propuestas, en las recomendaciones que realiza el Plan Romero para un Rocío seguro, hay un hueco para el bienestar animal: “Facilite a los animales una adecuada higiene, alimentación, descanso y asistencia veterinaria; transporte a los animales en buenas condiciones higiénico-sanitarias y con espacio suficiente; no los someta a esfuerzos que superen su capacidad, ni los abandone; y denuncie su pérdida o muerte a las autoridades en el momento en que se produzca”.