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Hablillas

'El pan de mis hijos'

EL PAN DE MIS HIJOS muestra la evolución de José Carlos Fernández, una historia que será vivida y sentida durante y después de leerla.

Publicado: 18/01/2021 ·
23:14
· Actualizado: 18/01/2021 · 23:14
Autor

Adelaida Bordés Benítez

Adelaida Bordés es académica de San Romualdo. Miembro de las tertulias Río Arillo y Rayuela. Escribe en Pléyade y Speculum

Hablillas

Hablillas, según palabras de la propia autora,

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La lectura sacia la curiosidad y a la vez desarrolla la capacidad de observación. Estamos rodeados de detalles e imágenes capaces de contar una historia, esperando pacientemente al narrador para interpretarla y regalarla a un lector tan observador y curioso como él. Y no hay una imagen más elegante, misteriosa y fascinante que una casa vacía con el tiempo encerrado. 

Hace unos días que en las librerías espera un título emotivo, evocador, contundente y claro ejemplo de lo anterior. Se trata de EL PAN DE MIS HIJOS, el nuevo trabajo de José Carlos Fernández, un título tantas veces oído a nuestros mayores. Con agudeza y sensibilidad recurre a la fascinación de la protagonista, Leonor, heredera de una casa antigua destinada a desaparecer en las garras del consumismo. Las circunstancias facilitan una relación sorprendente entre ella y la vivienda en franca decadencia. Juntas penetran en los recovecos de la memoria desenterrando un episodio crucial que cambia el futuro de todos cuantos conforman la trama.

José Carlos Fernández logra hacer del lector un personaje más de esta historia, porque ahonda en las sensaciones transmitiendo los sentimientos humanos desde la óptica de un narrador capaz de traducir los detalles para dotarlos de identidad. La casa representa el valor de lo antiguo, lo primigenio. El autor mira con especial atención y a través de la protagonista la vida que acogieron sus paredes, narrándola con expresividad y concreción, sencillez y profundidad, agilidad y exactitud, deteniéndose en la escucha de los muebles, el olor del aire, en el crujir del silencio, el resbalar de la luz, leyendo en las huellas de los cuadros y en los papeles viejos. El lector ya no intuye, sino que sabe y comprende la sororidad existente entre Leonor y la casa.

EL PAN DE MIS HIJOS muestra la evolución de José Carlos Fernández, una historia que será vivida y sentida durante y después de leerla y a nadie dejará indiferente. Será un premio tan especial, tan nuevo como los recibidos por sus otros trabajos narrativos: Calles de la Isla, El libro de estampas Isleñas, Clase Media, A la izquierda del padre, Poniente, La Isla camina o revienta y En Franco y Negro. Con EL PAN DE MIS HIJOS cambia el registro con una protagonista femenina, Leonor, cuya libertad y vindicación están por encima de todo, mostrado su desacuerdo cuando lo cree conveniente, con un punto de incertidumbre que la hace más reflexiva y natural, ajena totalmente al entramado donde la sitúa el autor. Ella es su propio mundo y escribe su historia como quiere, sin ánimo de transcendencia, solo por ella y para ella. Con esta novela José Carlos Fernández afianza su prosa clara, auténtica e interesante, que se disfruta y reflexiona al mismo tiempo. (www.academiadesanromualdo.com)

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