El presidente del Gobierno autónomo de Cataluña, Carles Puigdemont, afirmó en una entrevista con el diario británico "Financial Times" que pidió al Gobierno español "no hacer política" con la seguridad tras los atentados del día 17.
Una semana después de los ataques que provocaron 15 víctimas mortales en Barcelona y Cambrils, Puigdemont dijo que Madrid ha puesto trabas a contrataciones de nuevos agentes de los Mossos d'Esquadra y a su acceso a información de Europol.
"Les pedimos no hacer política con la seguridad. Desafortunadamente, el Gobierno español tenía otras prioridades", señaló el presidente catalán al periódico británico.
Puigdemont aseguró que las relaciones entre los cuerpos policiales estatales y autonómicos son "excelentes", al ser preguntado si los Mossos d'Esquadra excluyeron a otras fuerzas de seguridad de la investigación de los atentados.
Acerca de las críticas de sindicatos de la policía y de la Guardia Civil hacia los Mossos por haber dejado pasar supuestamente pistas clave antes de que se produjeran los ataques, Puigdemont defendió que "la policía catalana, a pesar de que no tiene todas las herramientas que necesita y está mal financiada, ha manejado la crisis de forma excepcionalmente buena".
El presidente catalán argumentó que se han producido atentados similares en diversos países europeos que tampoco fueron evitados por otras fuerzas de seguridad y agencias de inteligencia.
Puigdemont afirmó asimismo que continúa adelante con sus planes para celebrar el próximo 1 de octubre un referéndum sobre la independencia de Cataluña, a pesar de la abierta oposición del Ejecutivo español.
"El retorno a la normalidad es una derrota para los terroristas", dijo a ese respecto el presidente catalán, que aseguró al "Financial Times" que quiere forjar una "relación entre iguales" entre Barcelona y Madrid.
"No quiero ir a la cárcel, pero no hay nada que puedan hacerme que me vaya a obligar a detener este referéndum", insistió.
A pesar de las advertencias desde el Gobierno español, Puigdemont aseguró que ya cuenta con "más de 6.000 urnas" preparadas para la consulta de octubre.
"No veo cómo el Estado puede pararlo", afirmó el presidente catalán.