“Hace cinco días que comenzó a dejar de comer”, aseguró su padre, Reza Saberí, quien se encuentra en Irán desde hace casi un mes para apoyar a su hija y tratar de lograr su liberación.
Saberí, de 31 años, fue condenada el pasado sábado a ocho años de cárcel por un tribunal revolucionario de Teherán tras un juicio rápido y a puerta cerrada, plagado de dudas.
Desde que fuera detenida el pasado 31 de enero, los cargos contra ella han oscilado desde la supuesta compra de una botella de vino hasta la denuncia por trabajar de forma ilegal, al haber expirado su acreditación de prensa.