Fue en el año 2007 cuando el club Elbruz presentó el proyecto de rocódromo a la asamblea de Presupuestos Participativos, consiguiendo que fuera el más votado. A pesar del apoyo, “hubo que pelear para que se ejecutara, y los trámites burocráticos ralentizaron su puesta en marcha”, según fuentes de Elbruz. En 2008 el rocódromo se construyó. Los mismos promotores firmaron un convenio de colaboración con el IMD y se hicieron cargo, sin ánimo de lucro, de la gestión, dinamización y mantenimiento del rocódromo. “Siempre planteamos un proyecto basado en el asamblearismo y la participación, para que la gente se implicara en el proyecto”, explican desde la directiva del club que, entre otras, se hacía cargo de las escuelas deportivas de escalada en este rocódromo.
Con el cambio de gobierno local, Elbruz planteó renovar al IMD el convenio de colaboración. Tras varios días de negociaciones, el club Elbruz quedó fuera de la gestión del rocódromo desde el pasado jueves.“Lo que nos proponía era inasumible económicamente por el club. Pretendían que a partir de 2012 abonáramos 10.000 euros anuales”.
Este periódico intentó sin éxito recabar la versión del IMD.