El Brujo presenta en el Teatro Quintero su obra ?Una noche con el Brujo?
Rafael Álvarez, El Brujo, nace en Lucena (Córdoba). Es actor de teatro, cine y televisión, titulado por la Real Escuela Superior de Arte Dramático. En 1995 funda, junto con María José Norte, su propia productora, Producciones El Brujo SL, dedicada a la distribución y la producción de teatro y audiovisuales.
Entre una multitud de premios, destaca el que recibió en diciembre de 2002, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, máximo galardón que concede el Ministerio de Cultura y que los Reyes de España entregaron en septiembre de 2003.
Hoy viernes, 2 de diciembre, vuelve a presentarse en el sevillano Teatro Quintero para estrenar su obra más personal, Una Noche con El Brujo. En rueda de prensa, flanqueado por Jesús Quintero, mostró su lado más humano y deleitó con sus respuestas,llenas de sinceridad e ingenio.
¿Cómo calificaría Una Noche con el Brujo?
–Es mi espectáculo, hablo exclusivamente de mí mismo, de mi vocación teatral, del estudio de los clásicos y de mi infancia en Andalucía con mis padres. En esta obra no hay un guión escrito; tengo un esquema en la cabeza y a partir de ahí improviso; es un espectáculo arriesgado. Esta obra no es sólo un homenaje a los clásicos, a mis lecturas preferidas, que me han acompañado y me acompañan allá donde voy, es también un homenaje a mi padre, al hombre que me enseñó el don de la palabra, al hombre que me enseñó a amarlas.
¿Cómo ve la realidad actual del teatro?
–Siempre se ha dicho que los actores son seres díscolos y rebeldes pero creo que en la actualidad somos muy sumisos. Lo digo como reflexión, no como crítica. No discutimos, a veces, por temor a que no nos contraten. Hay excepciones como, por ejemplo, Albert Boadella: siempre hace y dice lo que le sale de los cojones. El anterior Gobierno comenzó volcándose con la cultura pero dejó de hacerlo. En tiempos de crisis, los primeros recortes son en cultura. Del actual no espero mucho, la verdad. Las ayudas del sector público a la cultura son prácticamente nulas y todos sabemos que entre los bancos, que tienen el dinero, y la cultura en general no hay química. El camino es incentivar la capacidad que tiene la gente para la creatividad. Este es el momento de invertir en la gente creativa.
¿Qué le gusta y qué no de Andalucía?
–Me gusta el individualismo del andaluz. La suma de todos esos individualismos forma una sociedad rica y creativa. De hecho yo soy tan individualista que, a veces, me sobra hasta la compañía. Por eso hago monólogos. No me gusta, y me duele profundamente, la insistencia en el tópico y su cultivo permanente, la venta del sucedáneo de lo andaluz como si fuera ésa la realidad. Por ejemplo, considero que Canal Sur es el desprestigio absoluto de lo andaluz, Andalucía se merece mejores programas que los que emite la cadena. Lo andaluz existe y además tiene una fuerza increíble: Alberti y Paco de Lucía son claros ejemplos.