Diez niños y jóvenes ucranianos y una veintena de españoles participan en Madrid en un taller para crear una versión teatral y musical de 'La Odisea' de Homero, desarrollado por la ONG Ópera sin Fronteras en colaboración con la Escuela Municipal de Arte Dramático de Madrid.
La ONG Ópera sin Fronteras, fundada por el director de escena Paco Azorín y el director de movimiento escénico Carlos Martos, pretende con esta experiencia ayudar a la integración de los menores refugiados a través de las artes escénicas.
"Queríamos que los niños refugiados hicieran amigos y convivieran con españoles de su misma generación y hacerlo a través de la aventura que nos permiten el teatro y la música, la creatividad y el viaje épico de la Odisea", ha explicado Paco Azorín, que coordina los talleres junto a Carlos Martos y la actriz de origen ucraniano Ksenia Guinea.
Con el título 'El paso a través del mar de las sirenas' y dramaturgia y traducción de Pedro Sáinz Almedia, los talleres se han desarrollado durante varias jornadas de formación y convivencia que culminan este fin de semana con las últimas clases y una exhibición final este domingo
7 de mayo, a las 12.30 horas.
Los participantes ucranianos forman parte del grupo de refugiados acogidos en el centro de recepción, atención y derivación (CREADE) de Madrid y los españoles son participantes de las escuelas de teatro municipales.
Sobre la elección de 'La Odisea' de Homero para este proyeto de "cultura de emergencia", sus impulsores explican que el interminable viaje de Ulises de retorno a su patria "podría ser una metáfora de la búsqueda constante de una tierra en la que millones de desplazados puedan tener una vida digna, un hogar".
"Esta Odisea está llamada a visibilizar la problemática de las personas en búsqueda de su particular Ítaca: los refugiados, emigrantes, aquellos individuos y sus familias cuyo día a día es una auténtica odisea en la que deben luchar contra no menos adversidades que el mismísimo Ulises", señalan en un comunicado.
La ONG Ópera sin Fronteras se fraguó en 2019 tras la experiencia creativa y escénica de la ópera inclusiva 'Sansón y Dalila' para la 65 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Esta ópera, que se puso en escena en colaboración con el colectivo Plena Inclusión Extremadura, contó con la participación de más de 400 personas con Asperger, síndrome de down, personas invidentes, con sordera o con enfermedades raras.
Esta experiencia llevó a Paco Azorín y a Carlos Martos a fundar Ópera sin Fronteras con el propósito de hacer llegar la ópera a todos los rincones del mundo y, sobre todo, "a todos aquellos colectivos que tradicionalmente han sido excluidos de ella".
Su objetivo es, según explican, convertir la ópera en "un instrumento de cooperación y de justicia social", entendiendo esta disciplina artística "como un instrumento de transformación social, no como un elemento de entretenimiento sólo al alcance de unos pocos".