Metido de lleno en las fiestas navideñas, el Carnaval será la próxima fiesta que acoja el venidero 2017. El Carnaval portuense busca desde hace años un modelo que termine por recuperar y reverdecer una fiesta que languidece año tras año sin que éste encuentre el camino satisfactorio y exitoso.
Ni los cambios de fechas, ni el pregón ni la calidad más o menos de las agrupaciones que concurren al Concurso del Teatro, consigue despertar los ánimos de los aficionados que sí ve a bien no sólo acudir al Falla a ver las agrupaciones portuenses o a las punteras, sino participar en él de manera afectuosa en las celebraciones callejeras.
Y es ahí donde el Carnaval de El Puerto pretende enganchar para volver a intentar recuperar su esplendor perdido. Recuperar la calle. Las diferencias abiertas en los estamentos carnavaleros no han hecho sino ofrecer las posturas enfrentadas.
En el Consejo del Carnaval, órgano únicamente consultivo, está en la actualidad representado por aficionados, representantes políticos, asociaciones, entidades y peñas. Ningún autor.
La brecha abierta en estos llegó después de la propuesta realizada por prescindir del Concurso de las modalidades de coros y cuartetos y así encontrar mejores réditos económicos en los premios.
La disputa hizo que la Asociación de Autores decidiera abandonar el Consejo y emprender las acciones para incluso su disolución.
Alternativas callejeras
Así que hoy por hoy se busca otras alternativas para que el Carnaval se vuelque más en los actos de la calle y no en los de un Concurso que parece no terminar de convencer ni aficionados ni a grupos carnavaleros.
El papel económico, a buen seguro, va a terminar por marcar el sino de éste, por lo que ha se habla abiertamente de reducir el número de sesiones en el Muñoz Seca.
Se ha llegado a contar con cuatro, incluida la final, con tres semifinales. Con la reducción con la que se viene trabajando se quedarían en dos únicas sesiones. De hecho, ya el año pasado sólo se celebraron tres; dos semifinales y la final.
De entre las mejoras, que ni los años ni los cambios dados en Fiestas, aún no se ha conseguido hallar con la fórmula perfecta de abonar la fianza con la que los distintos grupos pagan una vez se inscriben en el certamen.
Las voces de suprimir el Concurso toma terreno y ya hay incluso hay quien apuesta por un festival, que sin un premio de por medio, apueste por la calle como aliciente más completo, más económico y más exitoso.